La industria automotriz cuenta con la ventaja de ser un sector de la economía que sirve para ver el comportamiento financiero de la sociedad en todo su conjunto.
Muchos expertos en economía suelen apoyarse en los datos que arroja la industria automotriz para dar cuenta de la situación económica y financiera de un país, o simplemente como un ejemplo de cómo sopla el viento en esa economía nacional. ¿Por qué sucede eso?
Seguramente habrás escuchado en distintos medios en comunicación o leído en los diarios a prestigiosos economistas y periodistas que para hablar de la situación económica que está atravesando un país, utilizan como ejemplo el panorama de la industria automotriz.
Una de las razones de este comportamiento es que si bien los coches son más que útiles dentro de la vida moderna y urbana que llevamos a cabo actualmente, no es un bien de primera necesidad, como si lo son la comida, el hogar y los servicios básicos como la luz , el agua y el gas, por ejemplo. En ese sentido, si un país atraviesa una crisis económica, ya sea leve o muy pronunciada, el consumo de automóviles reflejará esa situación, por que la población tendrá menos recursos para efectuar esos gastos “secundarios”.
La industria automotriz, además, cuenta con la ventaja de ser un sector de la economía que sirve para ver el comportamiento financiero de la sociedad en todo su conjunto, ya que permite ver cuáles son los patrones de compras de las distintas clases sociales. Por ejemplo, los autos más económicos son los más perjudicados en momentos de crisis, ya que son a los que suelen acceder las clases menos adinerada, mientras que los autos más costosos están vinculados con los sectores más ricos y, generalmente, son los menos dañados ante potenciales desequilibrios económicos.
En estas épocas de “vacas flacas”, se suele dar un florecimiento del mercado de los autos usados, ya que su costo es mucho más accesible. Es por eso que sitios como MotorBit son cada vez más visitados para obtener valiosa información que ayude a tomar una decisión en frío sin poner en riesgo la economía personal.
Las industrias automotrices intentan revertir estas tendencias ofreciendo planes de financiación, importantes rebajas y promociones especiales, pero difícilmente logren revertir el resultado final, generando un círculo vicioso que lleva a pérdidas de puestos de empleo y más baja en el consumo, ciclos que no se suelen revertir hasta una fuerte presencia estatal o la llegada de inversiones extranjeras que frenen el efecto bola de nieve.
Este comportamiento se puede observar tanto en potencias como Estados Unidos, que viene de salir de una de sus peores crisis en el año 2009, como en países emergentes de América Latina como Argentina o Brasil. La industria automotriz, a pesar del paso del tiempo y el surgimiento de nuevas tecnologías, sigue siendo ese termómetro que indica cuando una economía está caliente o congelada. Ahora ya entiendes un poco más el por qué.
