El canciller alemán Friedrich Merz, líder de la Unión Demócrata Cristiana (CDU), afirmó en una entrevista que la inmigración constituye “un problema en el paisaje urbano”, una expresión que provocó reacciones en todo el espectro político. Cuando fue interrogado sobre el sentido de sus palabras, se limitó a responder: “Pregunten a sus hijas qué he querido decir”.
La ambigüedad de la declaración encendió las críticas de expertos y opositores. La socióloga Nina Perkowski, de la Universidad de Hamburgo, sostiene que esta vaguedad “no es accidental, sino políticamente calculada”. Según la investigadora, la frase genera los mismos temores que dice describir.
La vaguedad del mensaje de Merz es una estrategia que alimenta el miedo y refuerza la división social
La humorista Carolin Kebekus ironizó: “Para mí el verdadero problema del paisaje urbano son los patinetes eléctricos”, mientras miles de usuarios replicaban memes con el lema “Vamos camino de arruinar el paisaje urbano alemán”.
Reacciones políticas y división dentro de la CDU
El comentario no solo provocó indignación en la oposición. Dentro de la propia CDU surgieron voces críticas que alertaron del riesgo de emular el discurso de la ultraderecha. El periodista Günter Wallraff, autor del clásico Cabeza de turco, pidió al canciller “hacer examen de conciencia” y recordar el valor de la “C” en el nombre de su partido.
A su vez, la vicepresidenta de las juventudes de la CDU, Nicola Gehringer, vinculó la preocupación de los ciudadanos con temas como los controles en piscinas o la seguridad en los mercados navideños, asuntos que, en su opinión, también “están relacionados con la inmigración”.
La CDU enfrenta su mayor dilema: abordar el malestar social sin caer en los marcos discursivos de la extrema derecha
El peso de la percepción pública sobre la inmigración
Según encuestas recientes, alrededor de dos tercios de los alemanes consideran que debería reducirse la inmigración, una cifra que explica la sensibilidad del tema. Para la historiadora Katja Hoyer, el debate actual refleja la dificultad del centro político para enfrentarse al populismo sin adoptar su lenguaje.
| Indicador | Resultado | Fuente |
|---|---|---|
| Ciudadanos que desean menos inmigración | 66% | Encuesta nacional 2025 |
| Crecimiento de la AfD en intención de voto | +4 puntos | Sondeo septiembre 2025 |
| Participación de personas de origen inmigrante en grandes urbes | 28% | Oficina Federal de Estadística |
Estos datos reflejan una sociedad dividida entre la preocupación por la seguridad y el reconocimiento de su diversidad. La “metáfora del paisaje urbano”, según Hoyer, sugiere erróneamente que se puede distinguir a simple vista quién pertenece y quién no a Alemania, una idea incompatible con su realidad plural.
El riesgo de reforzar a la extrema derecha
El profesor Andreas Zick, del Instituto de Investigación de Conflictos y Violencia de la Universidad de Bielefeld, advierte que adoptar el discurso del adversario solo beneficia al original, en este caso la Alternativa para Alemania (AfD). Según sus estudios, cada vez que los partidos tradicionales reproducen marcos populistas, la ultraderecha capitaliza el descontento.
La estrategia de endurecer el discurso migratorio suele reforzar a quienes lo iniciaron
El caso Merz revela el desafío de los gobiernos europeos ante el ascenso de los partidos identitarios: responder a las inquietudes ciudadanas sin erosionar los valores democráticos y de inclusión.
El episodio deja a Merz en una posición incómoda: mantener el apoyo de su base conservadora sin alejar al electorado moderado. Mientras tanto, la controversia ha puesto de relieve la tensión entre la seguridad y la convivencia, una línea que Alemania deberá recorrer con prudencia si quiere preservar su cohesión social.










