Las cinco empresas de Wall Street que más se juegan en la crisis de Ucrania

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Las cinco empresas de Wall Street que más se juegan en la crisis de Ucrania

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Los mercados internacionales han puesto en el punto de mira las tensiones entre Rusia y Ucrania. Pero algunas compañías se juegan más que otras en la convulsa región y ya se han apresurado a hacer cuentas. La escalada de tensión y violencia en Ucrania vapulea los mercados internacionales. Sin embargo, hay algunas cotizadas que se juegan mucho más que sus compañeras de parqué en el país europeo, y que incluso comienzan a ver cómo sus cuentas se van resintiendo en la convulsa nación. Cinco compañías de Wall Street ya han echado cuentas.

Una de las que ha estudiado la situación con más detalle y el posible impacto en sus cuentas internacionales ha sido Caterpillar. La fabricante de maquinaria de construcción ha reconocido que las últimas noticias que llegan desde la frontera entre Ucrania y Rusia «nos preocupan porque podría frenar el crecimiento» de la región. En los cuarteles generales de la estadounidense preocupan especialmente «las sanciones comerciales del Gobierno», que podrían repercutir en sus cifras de ventas en la Comunidad de Estados Independientes, las repúblicas anteriormente partes de la antigua URRSS.

Aunque en una nota al respecto publicada el jueves Caterpillar decía no esperar que «la actual situación política impacte materialmente al balance global» de la firma, sí que mostró sus reservas al respecto de que la situación pueda lastrar el floreciente clima de recuperación de confianza empresarial y de incipiente crecimiento de la economía global. No parece tenerlo tan claro el presidente y consejero delegado de United Parcel Service (UPS).

El máximo responsable de la compañía de mensajería, Scott Davis, reflejó en un comentario al balance de ganancias del primer trimestre anual de la compañía que si bien «en Europa, la economía está mostrando signos de recuperación y un crecimiento más rápido», el desarrollo de los acontecimientos en Ucrania «puede ralentizar el ritmo» de mejoría económica y, por extensión, de la partida de negocio de las compañías presentes en la región.

Su homólogo en Monsanto, Brett Begemann, fue uno de los primeros en hablar sobre la situación en Ucrania. Ya el pasado 2 de abril explicó que aunque «es difícil especular» sobre el cariz que irán tomando los acontecimientos en las regiones prorrusas de Ucrania, el problema no estaba tanto en las grandes compañías agrícolas tanto como en las pequeñas explotaciones agrícolas del país que se fundamentan en la fluidez del crédito a particulares. Aún así, se atrevió a calificar el impacto que la guerra podría tener sobre sus cuentas como «manejable».

Por parte del sector financiero, el primero en hablar sobre la crisis política desatada en Ucrania ha sido el consejero delegado de Citigroup, Michael Cobart. La semana pasada explicaba que si bien el golpe de la retirada de estímulos económicos por parte de la Reserva Federal en EEUU ha sido el trago más amargo con el que la entidad ha tenido que lidiar en los últimos meses, «no se puede ignorar lo que está ocurriendo» al Este de Europa y que podría imponer «una pausa» en la recuperación económica y también en la reciente pujanza de los mercados de valores.

Finalmente, la bodeguera Pernord Ricard, francesa pero cotizada también en Wall Street, ya ha sentido la falta de motivos de celebración en la región oriental de Europa en los últimos meses. Las ventas del grupo, según reconoció el consejero delegado Pierre Pringuet, sólo crecieron un 4% en Rusia en los nueve primeros meses de su ejercicio fiscal, mientras que en el ejercicio anterior el repunte fue de nada menos que el 17%. Una mala carta de presentación para una situación que empeora día tras día y que, como ya auguró el directivo esta misma semana, promete provocar «una caída de ventas en picado» durante los próximos meses.

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