Un tsunami financiero con epicentro en Tokio ahoga las grandes Bolsas mundiales

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Un tsunami financiero con epicentro en Tokio ahoga las grandes Bolsas mundiales

Bolsa de Tokyo

Una volatilidad extrema ha marcado una semana en la que grandes índices bursátiles han firmado su peor desempeño en meses. Turbulencias a las que los analistas ponen su origen en Tokio. Más concretamente en la persona de Haruhiko Kuroda. Las grandes Bolsas mundiales han vivido una semana de fuertes bandazos que en su recta final se han decantado con determinación por las caídas. Un tsunami financiero con epicentro en Tokio que ha provocado que muchos índices firmasen su peor desempeño en los últimos meses y comprometiesen alguna de sus cotas más relevantes.

El Banco de Japón se sigue mostrando reacio a acompañar las políticas económicas del primer ministro Shinzo Abe de un decidido programa de estímulos y el mercado le ha pasado factura. Tanto que el índice Nikkei 225 de referencia de la Bolsa de Tokio ha caído hasta su mínimo de los últimos seis meses.

El Nikkei ha cerrado la semana por primera vez desde febrero por debajo de los 14.000 puntos a causa de un desplome acumulado del 7,3%. Su peor desempeño semanal desde aquella fatídica semana de marzo de 2011 en la que se produjo un tsunami que asoló buena parte de la costa nororiental del país y provocó la más reciente crisis nuclear de gran magnitud.

Tras este batacazo se esconde un nombre propio: el de Haruhiko Kuroda, gobernador del banco central del archipiélago asiático. Su falta de determinación para seguir un programa del estilo del Quantitative Easing de la Reserva Federal de EEUU al que hace sólo unos días abría la puerta incluso el reticente Banco Central Europeo (BCE) es la que ha desatado los temores. El yen ha vuelto a convertirse en valor refugio ante la convicción de que no habrá devaluación, y la expectativa de que la repatriación de capitales no salga tan rentable como hasta ahora para las cotizadas niponas ha provocado la retirada de posiciones en su habitualmente volátil mercado de renta variable.

Al otro lado del Atlántico, el tono mixto que han presentado los resultados de las primeras compañías que ya han dado cuenta del primer trimestre fiscal de este 2014 tampoco ha ayudado a levantar el ánimo inversor. Tanto es así que en muchas sesiones de la semana en las que las Bolsas europeas amanecían al alza impulsadas por algunos positivos datos macro, alcanzaban sus últimos cruces teñidas de rojo intenso a causa de la desconfianza que llegaba desde Wall Street, que también se ha visto perjudicada por la tensión que sigue llegando desde la región ucraniana de Crimea y su entorno y que afecta especialmente al mercado de materias primas energéticas.

Como consecuencia de estos vaivenes, el Ibex 35 se ha marcado su segunda peor semana en lo que va de año. El selectivo madrileño cerró sesión el viernes con caídas del 1,26%, entre las más pronunciadas de sus vecinos europeos a consecuencia de la cosecha de beneficios por la que muchos inversores optaban tras las ganancias de las últimas semanas. La gráfica de la Bolsa española marcaba su último cruce en los 10.332 puntos básicos, cota que supone un lastre semanal del 4,42% en la que se ha convertido en la particular Semana de Pasión de los mercados financieros internacionales.

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