El sindicato mayoritario de Pescanova considera que “el éxito futuro” del plan para reflotar a la gallega dependerá de que los Carceller sean capaces de mantener “la foto actual” del grupo. Las filiales internacionales de Pescanova deben tener un futuro asegurado en la hoja de ruta trazada por los Carceller. Así lo ha exigido el portavoz de la sección agroalimentaria de CCOO, sindicato mayoritario de los trabajadores de la piscícola gallega. De que se mantenga “la foto actual” del grupo dependerá “el éxito futuro”, ha dicho.
El portavoz sindicalista, Francisco Vilar, ha marcado estas líneas rojas en un primer discurso de valoración del convenio de acreedores redactado por la saga Carceller y aprobado recientemente por el consejo y la administración concursal de Pescanova. El representante de CCOO ha defendido que si la gallega puede seguir siendo “fuerte” será por su capacidad de mantener “liderazgo” en todas las fases del negocio: materia prima, flota y acuicultura. Y, por tanto, la posibilidad de deshacerse de algunas filiales dedicadas a estos procesos “podría conllevar una Pescanova pequeña” sin la fuerza que de otro modo -manteniendo sus filiales “estratégicas”- podría tener, ha señalado en declaraciones recogidas por Europa Press.
Desde el sindicato mayoritario de Pescanova se ha destacado que se está analizando aún la propuesta de convenio para tomar una posición definitiva. En este sentido, el foco de interés de CCOO está en conocer si parte del dinero que se prevé inyectar podrá destinarse a estas filiales. De hecho, algunas han sido ya descartadas del convenio con el objetivo de buscarles una solución separada. En este sentido, la reorganización societaria que podría pasar por absorciones por parte de la filial o la tramitación de concursos exprés se estudiarán con detenimiento porque “pueden incidir en el futuro de la compañía”, ha dicho Vilar.
En una primera aproximación, el portavoz de CCOO considera que la propuesta de los Carceller, que cuenta también con el apoyo de varios acreedores nacionales y del fondo Luxempart, es “positiva” porque cuenta ya “con el beneplácito del consejo de administración y con el consenso de los principales interlocutores”. El hecho de que la oferta de control haya partido de los dueños de Damm también inspira confianza a Vilar porque “conocen la compañía y aportan conocimiento industrial para poder gobernar el barco”. Además apuesta por un “saneamiento global” para que “lo que salga nuevo saldrá sin lastres y podrá navegar sin dificultades”, ha justificado.