El que muchos vaticinaban como salvador de las finanzas de Amper, se despide de la compañía. Bañuelos ha pactado vender su 20% de la maltrecha cotizada a su hasta ahora representante en la presidencia. En plena refinanciación de deudas de Amper, su mayor accionista deshace drásticamente su recientemente adquirida posición. El empresario Enrique Bañuelos ha firmado un acuerdo con el presidente de la cotizada, el hombre al que él mismo colocó en su representación, para venderle un 20% de las acciones de la compañía que todavía hoy controla a través de Veremonte y que de momento no le reportan más que pérdidas latentes.
El pacto entre Bañuelos y su hombre de confianza se ha hecho público este miércoles una hora y media después del cierre del parqué. Y, según la comunicación remitida al respecto a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), se habría suscrito ayer. Una vez que se lleve a término el acuerdo, la nueva mano fuerte de la cotizada será Jaime Espinosa de los Monteros, a través de su pertinente vehículo de inversión: Emilanteos.
Bañuelos ha querido defender que su desinversión en estos momentos decisivos para la compañía, que se acerca sin acuerdo con la banca al concurso de acreedores, es una maniobra dar entrada en el “corto plazo” a nuevos socios que refuercen su proyecto industrial precisamente para favorecer la refinanciación de deudas. Precisamente, el desembarco de nuevos inversores que acompañaran a Bañuelos, preferentemente de origen americano, había sido uno de los rumores que más calentó su propio desembarco. Entrada que, por cierto, tardó más de un año en consumarse.
La nota remitida a la CNMV tan sólo explica que la operación de venta de 8,83 millones de acciones de Amper tendrá lugar “en los próximos días”. Aunque no se fija todavía precio alguno para la transacción, que dependerá de la cotización de la compañía en las jornadas venideras, se establecerá entre el que actualmente marca la compañía en Bolsa y los 1,70 euros por acción que Bañuelos desembolsó para hacerse con el control de una firma en la que ahora aligera cartera de forma drástica.
Veremonte ha indicado que si el precio de 1,12 euros por acción, en que se sitúa su media de valoración de los tres días anteriores a las suscripción del contrato, es mayor que la media de 30 días hábiles anteriores a la celebración de la compraventa, el precio se fijará en virtud de esta última referencia. Algo que, según los analistas consultados, es más que probable que ocurra al descontar la huida del que muchos habían proclamado como salvador de la tecnológica. Una operación, por tanto, que podría generar importantes minusvalías a Bañuelos en su regreso a las finanzas españolas tras años de ‘exilio’ al otro lado del Atlántico, especialmente en Brasil.
Otro escenario posible, pero menos probable según los analistas, es que este último precio sea superior al previo al contrato. En este caso, importe a abonar por el hasta ahora representante del mismo Bañuelos será éste más el 80% de la diferencia entre las dos referencias posibles y acordadas en el pacto.
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