Grifols no ha tenido premio en Bolsa tras haber anunciado que en un mes quiere tener lista su nueva estructura de deudas. Las órdenes de compra llegan sin fuerza a la farmacéutica. Esta vez, la refinanciación de deuda no ha tenido premio. Grifols no ha conseguido su esperado avance hacia los 40 euros por acción a pesar de haber anunciado que en un mes pretende haber completado la reestructuración de su pasivo. A media sesión, las acciones de la farmacéutica se comportaban peor que el conjunto del Ibex 35.
Grifols ha anunciado este lunes que ha arrancado su proceso de refinanciación de deuda. Una causa que “razonablemente entiende” que podría haber culminado “la última semana de marzo”, ha informado a través de un comunicado remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). De momento, una cartera de 3.732 millones de euros, según los últimos datos disponibles, espera un nuevo calendario de vencimientos y una estructura más amable para las finanzas de la cotizada.
En contra de lo que habitualmente ocurre en la cotización de las compañías cuando anuncian procesos de refinanciación, las acciones de Grifols no han logrado apuntarse ningún vertical ascenso. En los cruces más amables de la jornada apenas sumaba un 1,3% arriba para rebasar por poco los 39,50 euros por acción. No obstante, a media sesión las alzas se quedaban en apenas un 0,6% que posponía el ataque de la farmacéutica a su resistencia técnica más próxima.
De la cartera total de deuda a refinanciar, unos 1.120 millones de euros se corresponden con un crédito puente suscrito recientemente con Nomura, BBVA y Morgan Stanley para la adquisición de la unidad de diagnóstico de la gigante Novartis. Una operación que, entonces sí, le reportó a la española un sostenido tramo alcista en el parqué madrileño.
Junto al anuncio de apertura de conversaciones con la banca acreedora, la compañía ha comunicado también al supervisor del mercado que la consejera Belén Villalonga ha sido designada como presidenta del comité de auditoría de la firma. Una decisión que previamente había sido aprobada por la reunión del consejo de administración celebrada el pasado viernes 21 de febrero.
La falta de interés de los inversores en la refinanciación de Grifols, en buena parte ya esperada por el mercado tras algunos anuncios por parte de su directiva, se dejaba palpar también en el volumen de negociación de las acciones de la compañía. Al ecuador de la jornada apenas cambiaban de manos 120.000 acciones frente a una media anual de casi 650.000 títulos. Las compras las dirigían las mesas de JP Morgan, mientras que las ventas eran cosa de Deutsche Bank.
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