Las economías emergentes dan nuevo brillo al oro mientras sus divisas y parqués se desploman. El preciado metal recupera los 1.270 dólares por onza, máximos de seis semanas. El oro vuelve a brillar en los mercados internacionales. Mientras las divisas y Bolsas de las economías emergentes se desploman sin remedio, el preciado metal repunta con fuerza hasta máximos de las últimas seis semanas ante la búsqueda de refugio inversor por la que muchos optan en este turbulento cierre semanal.
Aunque la huida inversora de los periféricos se suavizaba conforme avanzaba la sesión americana, cada onza de oro se seguía pagando a 1.270 dólares. Una cota que nada hacía presagiar que se pudiera alcanzar en la recta final de esta semana en la que el metal había mantenido una cotización bastante plana a pesar del paso por caja que ya se venía imponiendo en el mercado de renta variable desde hace unas jornadas.
La búsqueda desesperada de activos inmunes a la debacle de economías emergentes que ha arrastrado a buena parte de los parqués occidentales a los números rojos ha recalado también más allá del oro. El franco suizo se apreciaba con fuerza frente a sus pares internacionales, en contra de lo que les ocurría a la lira turca y el peso argentino entre otros. Cunde el temor a que los emergentes no salgan de la crisis con tanta solvencia como se esperaba.
Mejoras también en la deuda soberana de los países ‘triple A’. En Europa, la más buscada es la alemana. El aluvión de órdenes de compra sobre el ‘bund’ encarece su precio y rebaja los tipos de interés que se le exigen, dando lugar a un nuevo incremento del diferencial con los papeles emitidos por países periféricos como España e Italia.
