Deloitte ha puesto al fin las cartas sobre la mesa. Pescanova cerró el año 2012 con pérdidas tres veces superiores a las que ya registró el año anterior. Las esperadas cuentas de Pescanova por fin están sobre la mesa. La gallega ha reconocido finalmente y bajo la estrecha supervisión de los administradores concursales de Deloitte que en el año 2012 acumuló pérdidas por 791 millones de euros. Ya a cierre del pasado diciembre el agujero patrimonial de la pesquera alcanzaba 1.487 millones.
El balance anual, que llevaba bloqueado desde que la disconformidad de algunos consejeros a comienzos de año puso en evidencia el desfalco de cuentas de Pescanova, ha sido finalmente aprobado, auditado y remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores con nada menos que ocho meses de retraso. En el documento se recoge también una deuda a cierre de 2012 de nada menos que 3.248 millones de euros, cifra que supera ampliamente la que en una primera estimación había fijado la auditoría forense encomendada a KPMG.
La facturación se quedó muy lejos de lo pretendido por el equipo del destituido presidente Manuel Fernández de Sousa. El año pasado, las ventas de Pescanova se quedaron en 1.465 millones de euros. Una cifra ligeramente superior a la de 2011, que también ha sido revisada por la administración concursal hasta los 1.356,7 millones de euros.
También muy lejos de lo marcado por el equipo de Fernández de Sousa se quedó el resultado final del ejercicio 2011. En aquel año, la pesquera gallega registró pérdidas por 260,1 millones de euros frente a los 50 millones de euros de beneficio que en su momento reflejaron las cuentas auditadas por BDO y aprobadas por el antiguo consejo de administración de la firma. Entonces, el agujero patrimonial ya superaba los 790 millones de euros.
A fecha de hoy, se estima que las deudas con entidades financieras, proveedores y otros ascienden ya a 4.218 millones de euros. De estos, cerca de 525 millones son compromisos a corto plazo que la compañía tiene previsto refinanciar gracias al plan de reestructuración de capitales que los vigilantes de Deloitte, designados a solicitud de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), ultiman ya con varias ofertas de inversión sobre la mesa.