Las grandes fortunas de Asturias se lanzan a comprar acciones de Liberbank

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Las grandes fortunas de Asturias se lanzan a comprar acciones de Liberbank

Sucursal de Liberbank

Liberbank es cada vez más asturiano. Las grandes fortunas del Principado dan un voto de confianza a la entidad comandada por Cajastur y cada vez son más y en mayor medida los que se lanzan a comprar acciones del último inquilino de la Bolsa española. No llegan aún paisanos que respalden el poder de Caja Cantabria ni Caja Extremadura.

El punta de lanza de esta tendencia ‘asturianizante’ es el apellido Masaveu. Los herederos de una de las mayores fortunas de Asturias han ido incrementado su peso en Liberbank sin prisa pero sin pausa a lo largo de las últimas semanas. Tanto que ya controlan un 0,78% del banco y los analistas no descartan la posibilidad -más bien lo contrario- de que sigan engordando su cartera hasta superar a medio plazo umbrales más relevantes y poder ejercer un mayor control sobre el devenir de la entidad.

Los Masaveu, dueños de una corporación que abarca un amplio espectro de negocios que van de lo inmobiliario a las bodegas, son además jugadores de primer nivel en el panorama financiero español. A su creciente participación en Liberbank, del que llevan comprando acciones prácticamente desde su debut bursátil el pasado mayo, suman posiciones en Banco Santander y Bankinter. En el presidido por Pedro Guerrero han salido de compras también en los últimos meses y en agosto alcanzaron un 5,3% del cotizado.

A la reconocida saga inversora se le ha sumado más recientemente Blas Herrero. Asturiano también y reconocido hombre de negocios, fundamentalmente por ser propietario de la emisora de radio Kiss FM. Según varias cabeceras de la prensa regional del Principado, el empresario podría haber hincado el diente a Liberbank a través de la sociedad de capital riesgo que el mismo fundó en el año 2007: Kiss Capital Group.

En cualquier caso, la participación de Herrero, tercer mayor accionista de la quebrada inmobiliaria Renta Corporación, seguirá siendo mucho más discreta que la de los Masaveu. Y es que, mientras que los últimos ocupan un puesto en el consejo de administración de Liberbank y, por tanto, están obligados a comunicar al supervisor cualquier cambio en su cartera de acciones por pequeño que sea, el dueño de Kiss FM no tiene obligación de informar de nada oficialmente hasta que no alcance un 3% del heredero de Cajastur.

Fuentes familiarizadas con la trayectoria más reciente de la antigua caja asturiana recuerdan que la relación entre la cúpula directiva de la entidad y estas dos fortunas es estrecha y muy prolongada. Tanto es así que algunas de las operaciones societarias llevadas a cabo por los recién estrenados accionistas del banco habrían estado generosamente financiadas por éste.

Los expertos apuntan a que esta relación es más que habitual en el antiguo mapa regional de las cajas de ahorros, donde eran bien frecuentes los lazos entre las entidades de referencia de la zona y sus empresas más relevantes. Una circunstancia que, sin embargo, no evitó que Novagalicia -fruto de la integración de las dos antiguas grandes cajas gallegas- se salvase del naufragio de la nacionalización y, según todo parece apuntar, de su entrega al mejor postor sin salvaguardar el componente regional de la maltrecha entidad que ni tan siquiera consiguió dar el salto a Bolsa como sí hicieron con muy distinto resultado Bankia (-99,8%) y la propia Liberbank (+32,5%).

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