La agencia de calificación Fitch ya ha lanzado su primer veredicto sobre la reforma energética del ministro Soria. A la espera de comprobar cómo incide la normativa en el negocio de cada una de las compañías, ha puesto en vigilancia negativa la calificación crediticia de todas las grandes compañías del sector que operan en España. Un movimiento que suele ser antesala de recortes.
En concreto, las perjudicadas por la decisión de Fitch son Iberdrola, Gas Natural Fenosa, Endesa, Hidrocantábrico, y también las internacionales Enel y EDP. Consecuencia directa, afirma la agencia del impacto que podría suponer para sus cuentas y solvencia el impacto de 2.700 millones de euros que sobre el sector tendrá la reforma que pretende acabar con el problemático déficit de tarifa. Las que más riesgo corren por el momento son Hidrocantábrico y su matriz portuguesa EDP, que se sitúan a sólo un paso del ‘bono basura’ en la escala de la estadounidense.
Los expertos de Fitch se muestran escépticos con la medida y creen que aún está por ver si consigue cumplir con su objetivo mientras que da por sentado una caída generalizada de ingresos que podría afectar a su salud crediticia. Además, en el informe al respecto de la norma se augura una “significativa reducción de las inversiones en el sector” por ser “una de las pocas medidas que pueden adoptar las compañías para contrarrestar el deterioro de sus perfiles crediticios”.
Ya la semana pasada, justo antes de que se produjera el cambio de norma, Standard & Poor’s metía la tijera en el rating de Endesa y su matriz italiana Enel. En ambos casos, la agencia neoyorquina atribuía a la debilidad de sus mercados domésticos de España e Italia su decisión de rebajar de ‘BBB+’ a ‘BBB’ la nota de ambas compañías cotizadas.
