Los cimientos del castillo de naipes de Pescanova vuelven a temblar. Los administradores concursales de Deloitte, designados a propuesta de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), siguen descubriendo nuevas filiales del grupo gallego a un mes vista de su nombramiento y la cifra de deuda del grupo sigue engordando a pasos agigantados.
El perímetro empresarial de Pescanova sigue siendo inabarcable para sus nuevos administradores. Desde que el juez refrendó la tarea de Deloitte como administrador concursal y de KPMG como auditor forense, no cesan de aparecer nuevas filiales y subfiliales internacionales, informa La Voz de Galicia. Por si fuera poco, muchos de sus balances aparecen cargados de lo que parecen ser facturas ficticias y deuda no contabilizada por la matriz hasta la fecha, apunta el rotativo.
La deuda que ya podrían haber sacado a la luz los administradores de Deloitte, la misma casa auditora que revisaba las cuentas de la nacionalizada Bankia, superaría ya los 3.000 millones de euros, el doble de lo declarado por Pescanova en libros. Por si fuera poco, éstos y sus colegas de KPMG parecen estar librando una dura batalla con la alta dirección de algunas filiales, las más estrechamente vinculadas al expresidente Manuel Fernández de Sousa, que según el diario gallego estarían poniendo múltiples impedimentos para que ambas auditoras tuvieran acceso a sus libros de contabilidad.
En este sentido, la oposición de Fernández de Sousa a la intervención judicial de la compañía es pública y notoria. El empresario, de hecho, optó por la solicitud del concurso voluntario con el objetivo de poder seguir manteniendo sus poderes ejecutivos. Poderes que, sin embargo, los juzgados de Pontevedra decidieron retirarle -a él y todo su equipo- para salvaguardar la integridad de la compañía. No obstante, y según fuentes locales, el heredero del imperio Pescanova sigue campando a sus anchas por la sede del grupo en Chapela.
Mientras tanto, y para evitar la liquidación de la compañía, los de Deloitte están dispuestos a formular concursos de acreedores en la mayor parte de sus filiales, con el fin de proteger sus arcas de los bancos prestamistas. Por su parte, la Xunta de Galicia ya ha salido también en defensa de una de sus ‘joyas de la corona’ en lo que a empresas se refiere y su presidente, Alberto Núñez Feijóo, ya ha avanzado que estaría dispuesto a sacar cuatro millones de euros de las arcas de la región para sufragar parte del préstamo puente que la pesquera necesita para evitar una falta de liquidez tan extrema que paralizara su negocio.







