Bankia no podía haber cosechado peores augurios para la recta final de su reestructuración. Los derechos para acudir a su próxima macroampliación de capital han despedido su negociación a un irrisorio precio de un céntimo frente a los teóricos 9,92 euros a los que debutaron hace dos semanas. Señal inequívoca, dicen los expertos, de que nadie quiere aumentar posiciones en la nacionalizada.
A la espera de que lo peor esté aún por venir, en cuanto a lo que a cotización bursátil se refiere, nadie parece dispuesto a asumir una mayor participación en el capital de Bankia. Y los que lo están, a precio de ganga y con la mira puesta en la más pura especulación sobre las acciones de la entidad, dicen varios gestores de carteras. Así se entiende que tras sesiones de bamboleos de precio, las dos últimas jornadas de negociación de los derechos de la ampliación hayan sido bajistas sin rodeos de ningún tipo. Tanto que en solo dos días han perdido un 98% de su valor de mercado.
El ‘trading’ de alta frecuencia al más corto plazo y las operaciones de arbitraje entre acciones y derechos, han dado paso a las órdenes de venta a la desesperada de última hora. Un movimiento que los gestores de carteras más críticos traducen en que nadie quiere apostar realmente por la entidad más allá de aquellos que se resignan a no vender a la espera de tiempos mejores y los oportunistas que hacen caja con los fuertes vaivenes de precio de la nacionalizada. En otras palabras: la ampliación de capital de Bankia promete ser un fiasco, a falta de cifras oficiales, de no haber sido porque el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) ya aseguró el 100% de la operación e incluso anunció posibles recompras de acciones una vez superado este movimiento.
Aunque la ampliación de capital para dar entrada a preferentistas y otros tenedores de papeles de deuda híbrida y subordinada está asegurada, no así los fondos extra que el equipo de José Ignacio Goirigolzarri pretendía captar por la operación. Y es que, cada una de las nuevas acciones se colocará con una prima de 0,35 euros sobre el euro de nominal que marcan desde el ‘contrasplit’. Si nadie está dispuesto a desembolsar 537 euros por 397 nuevas acciones de la nacionalizada, la esperada lluvia de millones tan solo llegará de las arcas del Banco de España, vía Bruselas.
En esta ampliación tendrá lugar también la nacionalización efectiva de la cotizada con la conversión de los bonos convertibles contingentes (CoCos) ahora en poder del FROB. Una situación que, junto con la entrada de los preferentistas ávidos de liquidez, han invitado a los actuales accionistas de Bankia a quedarse como están -aún a costa de perder peso en el accionariado de la maltrecha entidad- que a correr el riesgo de perder más dinero en su aventura como ‘bankeros’, como se los llamaba en las campañas de captación de inversión de hace dos años, cuando debutó la heredera de Caja Madrid.
Por si fuera poco, y para dar más verosimilitud al desplome que una mera estrategia especulativa, también las acciones ya cotizadas de Bankia se han desplomado (-17%) en esta última sesión en que compartían parqué con los derechos. Los ingredientes, dicen los expertos, para un desplome adicional del 86% está sobre la mesa. Y los bajistas ya se prometen un más que beneficioso negocio en dos semanas, para cuando está previsto la llegada al mercado de las nuevas acciones que, si los indicios no mienten, asumirá el Banco de España en su práctica totalidad.
Este martes, la avalancha de ventas era tan abultada que los derechos eran incapaces de marcar precio en toda la sesión negociadora, en que hasta la subasta de cierre permanecían inhibidos. El hueco para casar compras y ventas era tan abultado como a solo unos minutos del cierre 480.000 derechos en compra frente a 9,27 millones puestos a la venta. Dicho de otro modo: muchos de los inversores que buscaban deshacer cartera han tenido que quedarse estas opciones y, dado su comportamiento de hoy, no parece que vayan a estar dispuestos a dedicar más ahorros a la nacionalizada.









