Los inversores siguen golpeando la cotización de Reyal Urbis, el valor más penalizado del parqué español. Los títulos de la compañía se desploman otro 17% a media sesión después de que ayer cerraran con unas fuertes caídas del 21% tras solicitar el preconcurso de acreedores.
El pasivo pendiente de pagos de la compañía asciende a 4.500 millones de euros y la total falta de negocio en el sector del ladrillo ha impedido a la compañía hacer frente a estos compromisos al punto que, su consejo de administración solicitó por unanimidad acogerse a preconcurso de acreedores. De esta manera, Reyal Urbis tiene tres meses para lograr que sus prestamistas suscriban una propuesta de reestructuración de deuda redactada por la propia compañía para evitar su concurso definitivo y, en consecuencia, su salida de Bolsa y probable troceo.
Mientras llegan las conversaciones para esquivar la declaración de impagos, Reyal Urbis ya atraviesa hoy por hoy una situación de quiebra técnica. A cierre de la primera mitad de este 2012, la cotizada del ladrillo registró unas pérdidas de 211 millones de euros, con un patrimonio neto negativo de 917 millones de euros, según se desprendía de su balance. En 2010, la compañía había prorrogado vencimientos de algunos de sus créditos hasta el ya cercano 2013, sin embargo, la imposibilidad para cumplir con los requisitos pactados entonces ha desencadenado la actual situación.
Según los registros de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, en el accionariado de la ‘ladrillera’ están presentes Unicaja (4,3%) y EBN Banco de Negocios (4,7%), en cuyo capital a su vez participan, además de la andaluza, Ibercaja, SaNostra, CAM y Caja Duero.







