Los especuladores optan por el arbitraje para arrancar ganancias a la ampliación del Popular

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Los especuladores optan por el arbitraje para arrancar ganancias a la ampliación del Popular

El tiempo previsto por Banco Popular para la negociación bursátil con los derechos de su ampliación de capital llega a su ecuador esta semana. El precio de acciones y derechos se mantiene sin grandes cambios desde el debut de los últimos, pero su comportamiento errático y a menudo contrario deja al descubierto los movimientos especulativos de arbitraje de algunos oportunistas en torno a la operación.

Este mismo lunes, las acciones antiguas del Popular llegaban a cotizar descensos del 6,31% a consecuencia de la dura digestión del dato en ascenso de morosidad bancaria. Mientras tanto, los derechos de su ampliación llegaban a repuntar hasta un 16%, por encima de los 0,40 euros cada uno de ellos, nada que ver con sus ‘mayores’. Un dispar comportamiento que, señalan los gestores de carteras consultados por este portal, lejos de responder a fundamentales o previsiones sobre la compañía vienen marcadas por unos movimientos bursátiles que en jerga se conocen como de ‘arbitraje’.

Los expertos que más de cerca siguen la ampliación del Popular, mediante la cual recuperar toda su solidez y salud financiera, los inversores más oportunistas buscan arañar unas más abultadas y arriesgadas ganancias que de su participación sin más en el proceso. Una operativa que, recuerdan, es habitual en operaciones de este tipo, más si cabe ahora que una de sus prácticas más habituales -las posiciones cortas- está vetada por el supervisor bursátil y dado el abultado volumen de la operación aprobada para el banco que preside Ángel Ron.

Entre las cotizadas que han sufrido, para mayor volatilidad e impredecibilidad de su gráfica de cotización, esta práctica en los últimos tiempos destaca el caso de Banco Sabadell. Todo el proceso de ampliación de capital con el que digerir la absorción de la maltrecha Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) hizo las delicias de más de un especulador, con operaciones simultáneas de compraventa sobre derechos y antiguas acciones, como todo parece indicar que ahora ocurre en el Popular.

La técnica en cuestión consiste en aprovechar eventuales rebotes en la cotización de las acciones o los derechos para vender caro y, a la par, reinvertir lo obtenido en comprar barato los otros títulos. Para ello, es necesario que, como ocurría este lunes, su cotización se mueva en sentidos opuestos. A media sesión de este lunes, cada acción antigua del popular se negociaba a 0,564 euros (-1% frente al cierre del viernes), mientras que los derechos cambiaban de manos a 0,419 euros cada uno (+1,4%).

El movimiento, muy arriesgado según los expertos, permite siempre que se ejecute bien y la volatilidad de acciones y derechos no reviente las cuentas de los especuladores: mantener el peso de la cartera propia en el capital social de las cotizadas -una vez se complete la ampliación- y asegurarse una rentabilidad extra. En el caso del Popular este lunes, el beneficio ha sido de 0,01 euros por acción, más de lo que en muchas ocasiones reportan las más arriesgadas operaciones de ‘centimeo’ sobre volátiles e ilíquidos chicharros del Mercado Continuo.

Los derechos del Popular, que pueden negociarse independientemente de las acciones desde el pasado día 14 de noviembre y hasta el próximo 28 del mismo mes, dan a su titular la capacidad de comprar tres acciones al precio de 0,401 euros cada una. Es así, que al precio alcanzado hoy por estos títulos, cada futura acción cotizaba -figuradamente- a unos 0,54 euros cada una, es decir, más caras que las antiguas, cerrando un negocio redondo para los más oportunistas.

Una vez que se cierre el periodo de negociación de estos títulos la semana que viene, llegará el momento de echar cuentas, aunque no tanto para la entidad. El Popular ha hecho valer su compromiso de solidez y ya se ha asegurado buena parte de la suscripción de una ampliación con la que pretende engrosar sus arcas en 2.500 millones de euros y así cumplir con las máximas exigencias de la auditoría de Oliver Wyman al sector financiero español y, por tanto, esquivar cualquier sombra de duda sobre la hipotética necesidad de recurrir a ayudas públicas para sostener su balance.

A media hora para el cierre del parqué madrileño, el volumen de negocio sobre las acciones antiguas del Popular alcanzaba los 46 millones de títulos, cifra récord con la única excepción de pasado día 14 en que se dio pistoletazo de salida a la ampliación y quintuplicando su media anual de una sesión completa. En las ventas que volvían a lastrar su cotización se colocaban como alumnos aventajados los brókeres de Renta 4, Chrevreux-Crédit Agricole e Interdin Bolsa, mientras que las compras eran cosa de Deutsche Bank, Merrill Lynch y UBS en primera instancia.

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