Wall Street se pasa a la recompra de acciones frente al dividendo en efectivo

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Wall Street se pasa a la recompra de acciones frente al dividendo en efectivo

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La reforma tributaria prometida por Donald Trump se convierte en el principal estímulo para que las cotizadas estadounidenses opten por estos esquemas de retribución. El reparto de caja fuerte entre los accionistas cambia de forma en Wall Street. La retribución directa vía dividendo en efectivo da paso a programas de recompra de acciones en cada vez más compañías. Además de espolear su precio cotización, facilitan la permanencia del accionista y facilitan la activación de los ‘bonus’ para directivos.
 
Un reciente informe publicado por Goldman Sachs estima que las compañías del índice S&P 500 dedicarán a la recompra de acciones unos 780.000 millones de dólares en el año 2017. La cifra, que viene a traducirse en 734.000 millones de euros, supone un 30% más que la destinada a este fin a lo largo de 2016, según las estimaciones del mismo banco de inversión.
 
El importe destinado a recompra de acciones supondrá así el principal destino de efectivo para las empresas del agregado S&P 500 por segunda vez en los últimos 20 años. Tal es la magnitud que solo la inversión en crecimiento consumirá más efectivo que estos programas. El efectivo que las compañías del índice más representativo de del universo empresarial de Wall Street sacarán de su caja fuerte el año que viene será para lo primero en un 52% de los casos, mientras que un 48% será para la adquisición de títulos propios.
 
Desde Goldman Sachs estiman que, en cualquier caso, las reservas de efectivo de las cotizadas estadounidenses se verán reforzadas en los próximos meses en aplicación de la que durante la campaña ha sido una de las medidas estrellas de Trump: la reforma tributaria. En este sentido, los analistas del banco de inversión estiman que “alentará a las compañías a repatriar 200.000 millones de dólares en efectivo el próximo año”.
 
Este punto es clave para el cambio de paradigma que aguardan, pues consideran que si se repite lo que ocurrió en la exención tributaria del año 2004, “una porción significativa de los fondos retornados se destinará a recompras”. Esta modalidad de retribución al accionista es, incluso sin ningún tipo de alicientes, mucho más popular que en Europa, donde el dividendo en acciones o elección es ahora la gran tendencia a la que cada vez se suman más cotizadas.
 
La recompra de acciones es especialmente efectiva para aupar el precio de cotización de las mismas cuando más allá del incremento de posiciones en autocartera se procede a la posterior amortización de los títulos adquiridos. De este modo, los beneficios por acción y la participación de cada una de ellas en la riqueza de la empresa son mayores, por lo que crece su valor teórico contable. Esto, además, ayuda a que al alcanzarse ciertas cotas de precio se activen las cláusulas que en muchas ocasiones liberan el acceso a los ‘bonus’ de gestión de los directivos de las compañías.
 
Una de las compañías que se sitúan en el blanco de la diana inversora ante estas previsiones es Apple. La compañía cuenta con una de las cajas fuertes más abultadas de todo el mercado estadounidense y, además, buena parte de la misma se encuentra repartida fuera de las fronteras de la mayor economía del mundo. Por si fuera poco, la gigante de Cupertino ha accedido recientemente a implantar programas de recompra de acciones tras muchos años de negativa de su fallecido fundador y gerente, Steve Jobs, y de exigencia de inversores institucionales como Carl Icahn.

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