¿Por qué un extrabajador de Deutsche Bank ha rechazado la recompensa millonaria de la SEC por delatar al banco?

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¿Por qué un extrabajador de Deutsche Bank ha rechazado la recompensa millonaria de la SEC por delatar al banco?

Sede de Deutsche Bank

Eric Ben-Artzi denuncia las puertas giratorias entre el banco alemán y el regulador estadounidense. En su opinión, explican la impunidad de los altos ejecutivos responsables de ocultar pérdidas. La SEC, el regulador del mercado de EEUU, multó en mayo del año pasado a Deutsche Bank con 55 millones de dólares (alrededor de 48,5 millones de euros) después de que tres empleados del banco revelaran que la entidad había ocultado pérdidas por más de 1.500 millones (casi 1.150 millones de euros) en sus cuentas de 2008. Una parte de la sanción, 16,5 millones (14,5 millones) se ha ofrecido a los delatores, en base al programa de recompensas del organismo, pero uno de ellos ha rechazado su parte del premio. Su argumento: los accionistas y trabajadores del banco fueron los grandes perjudicados de todo el asunto, cuando los castigados debían ser los ejecutivos que manipularon el balance.
 
“Me niego a tomar mi parte”, asegura en un artículo de opinión publicado en Financial Times, Eric Ben-Artzi, al que le correspondían 8,25 millones (unos 7,30 millones de euros), pues la SEC considera que uno de los tres informadores -que presentaron las pruebas del engaño a los reguladores de forma independiente- no entra dentro de los requisitos marcados en el programa. Bajo el título “Debemos proteger a los accionistas de hacer el mal hacer del ejecutivo”, el ex agente de riesgo de la entidad alemana denuncia la “puerta giratoria» entre el Deutsche Bank y el supervisor de los mercados, lo que, en su opinión, explica la leve represalia a los representantes del banco implicados en el fraude.
 
“Es especialmente decepcionante que en 2015, después de una larga investigación ayudada por varios denunciantes, la SEC impusiera una multa a los accionistas en lugar de los directivos responsables de Deutsche”, apunta Ben-Artzi, que subraya que “los accionistas del banco y sus empleados comunes y corrientes que ahora están perdiendo su empleo en masa son las principales víctimas” de la manipulación de unos ejecutivos que se retiraron de la entidad “con bonos multimillonarios”.
 
Detalla posteriormente algunos ejemplos de esa “puerta giratoria” entre la SEC y el mayor banco de Alemania, tanto durante como después del ‘maquillaje’ de las cuentas, lo que supondría el motivo de la impunidad de estos altos ejecutivos. Por ejemplo, Robert Rice, principal abogado encargado de la investigación interna de Deutsche en 2011, se convirtió en abogado jefe del regulador estadounidense en 2013, mientras que Robert Khuzami, principal abogado de la entidad germana para América del Norte, fue nombrado en jefe de la división de aplicación de la SEC después de la crisis financiera.
 
“Después de sufrir a manos de los ejecutivos de Deutsche no voy a unirme a ellos, simplemente porque no puedo con ellos”, sentencia Ben-Artzi, que solicita en el artículo que su parte del premio se de al Deutsche y a sus accionistas.

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