Los pequeños accionistas de Bankia acumulan pérdidas por un 99,76% de su inversión

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Los pequeños accionistas de Bankia acumulan pérdidas por un 99,76% de su inversión

    Logotipo de Bankia en la Bolsa de Madrid

    Las acciones que en su día pagaron a 3,75 euros por acción hoy en día valdrían menos de un céntimo de euro. El 60% de peso que llegaron a amasar vale ahora menos de 1.100 millones. Hace casi cinco años que una agresiva campaña de publicidad prometía convertir a cualquier hijo de vecino en un próspero ‘bankero’ si compraba acciones de Bankia en su salida a Bolsa. La realidad es bien distinta: ahorradores y pequeños inversores que confiaron en debut de la heredera de Caja Madrid solo mantienen un 0,24% del capital desembolsado.

    El castigo a su inversión se ha recrudecido incluso en el día en que el Tribunal Supremo ha abierto la puerta a que estos accionistas puedan recuperar su dinero, pues la gráfica de cotización de la entidad digería la noticia con caídas superiores al 1%. Con todo, la pérdida acumulada por estos pequeños accionistas asciende ya a nada menos que un 99,76% de su inversión, muchas veces guiada por los responsables de las sucursales de las siete cajas de ahorros que se integraron en esta nueva marca financiera.

    Los inversores que han llegado más recientemente se apresuran a deshacer sus posiciones en Bankia, algunos incluso con ganancias, para evitar el impacto que sobre la cotización de la nacionalizada tendría el desembolso de las pertinentes indemnizaciones a las que ahora el tribunal tiende la mano. Millares de particulares, agrupados en colectivos muchos de ellos, reciben ahora el respaldo de que las cifras con las que salió a Bolsa la posteriormente nacionalizada no representaban la imagen fiel de sus cuentas ni balances.

    En el proceso de desembarco en Bolsa que capitaneó el entonces presidente de Caja Madrid, Rodrigo Rato, se reservó nada menos que un 60% de las acciones de la entidad a pequeños accionistas. Un reparto con el que se logró capear la falta de apetito que la operación suscitó entre inversores institucionales, reacios a participar de una colocación forzada para evitar la inyección de capitales públicos a la que tuvo que sucumbir cuando ni tan siquiera contaba un año desde su estreno bursátil el 20 de julio de 2011.

    Hasta la fecha, el naufragio de la entidad ha resultado en un rescate público con fondos procedentes de Bruselas por más de 40.000 millones de euros. Un importe que se ha traducido en una participación del 64% del Estado español en su capital, posición que detenta a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) y que ha relegado a los en otro tiempo protagonistas ‘bankeros’ a un peso exclusivamente testimonial en su accionariado.

    Por el camino, un agresivo contrasplit o agrupación de acciones a razón de 100 de aquellas del debut para dar lugar a una de las que ahora se negocian en Bolsa. Así, los 0,912 euros a los este miércoles se vendían los títulos de Bankia otorgarían un valor a sus predecesores de solo 0,00912 euros. Menos de un céntimo de euro para aquellos que compraron los inversores del estreno bursátil a razón de 3,75 euros la unidad. Para que recuperasen su inversión sin recurrir a la vía judicial deberían esperar al a todas luces improbable caso de que su gráfica ascendiese hasta los 375 euros.

    Aunque es de considerar que por el camino de estos turbulentos cinco años muchos pequeños accionistas se habrán desprendido de sus posiciones con el objetivo de asegurarse la recuperación de parte de la inversión o simplemente conseguir liquidez, si sus carteras siguieran intactas, hoy por hoy tan solo sumarían un valor de mercado de 1.094,69 millones de euros. Una cifra que se queda en nada frente a los 4.486,42 que llegaron a confiar al equipo de Rato para hacerse, como él, ‘bankeros’.

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