Adolfo Domínguez pone en precio la venta de uno de sus locales más emblemáticos. Mientras tanto, Abertis capea con nuevas dudas en torno a su irrupción en la TDT. Las acciones de Repsol se contagian del rumbo bajista del Ibex 35 y ceden un 0,6% en los primeros compases de este lunes a pesar de las informaciones que apuntan a que su dividendo está garantizado. La presidida por Antonio Brufau, según fuentes próximas a la firma referidas por Cinco Días, confirman que mantener la retribución al accionista es objetivo clave en la compañía.
En las últimas semanas el temor a que la cotizada recortase su política de retribución al accionista por el descalabro de precios del crudo había ganado fuerza entre muchos analistas. Hace apenas una semana se conocía que la práctica totalidad del consejo de administración de Repsol, incluidos los representantes de Sacyr y CaixaBank, había optado por cobrar el dividendo de la petrolera en nuevas acciones.
Este lunes le toca poner en precio a Adolfo Domínguez la venta de uno de sus inmuebles barceloneses más emblemáticos: el 32 del Paseo de Gracia. Con la operación, el grupo textil se ha embolsado 45 millones de euros, de los que cerca de la mitad ha anunciado que destinara a amortizar y cancelar anticipadamente parte de su cartera de deuda, con lo que su pasivo financiero se reducirá así a 2,1 millones de euros. Así, se estima que el beneficio neto por la desinversión ascienda a 36 millones en el balance de la cotizada. Algo que se deja notar en alzas próximas al 8% para el valor.
Por último, Abertis vuelve a situarse en el candelero por cuestiones referidas a la última subasta de televisión digital terrestre (TDT) organizada por el Gobierno. La Audiencia Nacional investiga, según Vozpópuli, si la compañía se benefició de trato de favor por parte del Ministerio de Industria al permitirle la emisión en pruebas en la parte del espectro radioeléctrico donde se ubican los nuevos canales en alta definición.
