Shell insiste en que el acuerdo con BG sigue en pie, a pesar de la caída del petróleo, y en pleno escándalo por vertidos contaminantes en Nigeria. Royal Dutch Shell alivia las preocupaciones de los inversores anunciando que su compra de BG Group, por la que espera desembolsar unos 70.000 millones de dólares, sigue en pie a pesar de la racha bajista por la que pasa el petróleo. El grupo anglo-holandés, que espera completar el acuerdo a principios de 2016, asegura la fusión podría incrementar hasta 3.500 millones de dólares su valor, lo que convertiría a Shell en líder mundial de la industria del gas natural licuado.
La noticia llega en plano escándalo para la petrolera: Amnistía Internacional la acusa de no haber limpiado las zonas que contaminó en el delta del Níger, en el sur de Nigeria, con vertidos de crudo. En un nuevo informe, AI y el Centro para el Medio Ambiente, los Derechos Humanos y el Desarrollo (CEHRD) denuncian una limpieza ineficaz, además de fallos regulatorios por parte del Ejecutivo nigeriano.
Ya en 2011, la ONU acusó a Shell de ser causante de contaminaciones “masivas” por vertidos de petróleo.
Shell, que la semana pasada presentó unas cuentas decepcionantes para el tercer trimestre, asegura que reducirá sus gastos hasta 11.000 millones de dólares en el 2015. De momento, la noticia calma a la inversión, si bien se puede prever cierto escepticismo ante sus títulos.
Actualmente el barril se mantiene por debajo de los 50 dólares: es probable que la inversión vuelva a castigar a la petrolera a pesar de los intentos de repuntar en Bolsa.