La compañía ha presentado esta mañana su nuevo plan estratégico, para el período comprendido entre 2016 y 2020. La cotización de Repsol se convierte hoy en una auténtica montaña rusa según van reaccionando los inversores a los diferentes aspectos del plan estratégico de la compañía para el período 2016-2020. Si en un primer momento el valor reaccionaba con fuertes avances que llegaban a alcanzar casi un 4%, a media sesión el pesimismo era la nota dominante con un retroceso de un 3,50% hasta quedarse en 11,73 euros.
Entre las líneas maestras de su nuevo plan estratégico, Repsol prevé obtener hasta 6.200 millones de euros por la venta de activos no estratégicos y recortar un 38% las inversiones para mantener la disciplina financiera y el dividendo. Además, espera multiplicar por dos el resultado bruto de explotación en cinco años, hasta los 11.500 millones de euros.
La compañía señala también que el plan contempla “un ambicioso programa de eficiencia, con actuaciones y compromisos concretos (algunos de ellos ya implementados) con los que obtendrá 2.100 millones de euros/año de ahorros y sinergias”. Entre ellas, y a cinco meses desde la integración de Talisman, Repsol ha identificado nuevas sinergias en el proceso que le permiten elevar el objetivo de ahorro derivado de las mismas hasta los 350 millones de dólares (307 millones de euros) desde los 220 millones de dólares previos (193 millones de euros).
Fuera de lo que es estrictamente el plan estratégico, pero también con peso en la cotización Repsol comunicó ayer que en 2015 prevé ganar entre 1.250 y 1.500 millones, tras el deterioro de activos por la caída del crudo. La cifra está lejos de los 1.700 millones de 2014 y del rango de entre 1.500 y 2.100 millones que preveían los analistas.
