Renta Corporación, Lar España y Quabit se han situado entre las más alcistas del Mercado Continuo tras confirmarse la negativa de los bancos a conceder más prerrogativas a la vieja gigante. Réquiem de tono alegre en Bolsa por el antiguo coloso del ladrillo español. Martinsa-Fadesa ha confirmado este martes que entra en fase de liquidación tras el rechazo de sus acreedores a un nuevo aplazamiento en los pagos de deuda. Su inminente desaparición justo cuando el sector comienza a repuntar se ha traducido en rebotes generalizados para las inmobiliarias del parqué madrileño.
La confirmación definitiva del peor de los destinos para Martinsa-Fadesa ha llegado a modo de escueto hecho relevante remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Solo unos minutos antes de las 21:00 horas de ayer lunes, el consejo de administración de la en otros tiempos abanderada del sector acordaba “solicitar la apertura de la liquidación”. Un movimiento forzoso “ante la falta de adhesiones” a su enésima modificación al convenio de acreedores, que era incapaz de atender en los términos planteados por falta de liquidez.
Un panorama que, lejos de hacer temblar a las inmobiliarias de la Bolsa española se ha traducido en un renovado impulso para sus gráficas. Los expertos explican que de una parte la defunción de Martinsa-Fadesa ya había sido descontada por los operadores del mercado, mientras que de otra es de hecho una noticia positiva para su negocio, pues supone la desaparición de un jugador que prometía dar batalla en la incipiente recuperación del sector ladrillo de haber conseguido de sus prestamistas las prerrogativas que les pedía.
Alzas del 7% ha llegado a apuntarse Renta Corporación. La inmobiliaria catalana se ha situado entre las compañías más pujantes de todo el Mercado Continuo. A los inversores no se les escapa el detalle de que acaba de salir airosa de su propio proceso concursal, que consiguió resolver con éxito en poco más de un año gracias a una profunda reestructuración financiera y de negocio que la coloca entre las más saneadas del sector.
Quabit y Lar España han sido otras de las apuestas fuertes de los inversores tras confirmarse el derribo de la presidida por Fernando Martín. Respectivamente han llegado a anotarse alzas del 4% y el 2%. La primera, una de las viejas glorias de la burbuja inmobiliaria heredera de la marca Astroc. La segunda, una de las últimas firmas del ladrillo en llegar a Bolsa bajo la novedosa fórmula de las sociedades anónimas cotizadas de inversión inmobiliaria (socimi), integrante del más veterano Grupo Lar.
Hace ahora un año, la antigua gigante inmobiliaria anunció el impago de una anualidad de las recogidas en su convenio de acreedores aprobado en marzo de 2011, representativa del 1% y equivalente a unos 35 millones de euros. Además, a finales de 2014 debía de hacer frente a un nuevo pago del 12,5% de la deuda concursal que fue el desencadenante final por el que la banca se habría inclinado a optar por la liquidación ordenada como la mejor fórmula para recuperar sus créditos.
Las últimas cifras de Martinsa-Fadesa disponibles daban cuenta aún de un agujero patrimonial de 4.603 millones de euros. Una más que compleja situación que habría empeorado a consecuencia de una reciente sentencia del Tribunal Supremo. En ella, condenaba a la vieja cotizada al pago de más de 60 millones de euros en costas procesales por un viejo litigio contra antiguos socios de la compañía.