A la espera de una solución definitiva para el rescate de la Troika a Grecia, los inversores prefieren posponer sus decisiones de inversión. Las Bolsas europeas se muestran incapaces de marcar una tendencia clara en esta última sesión de la semana en la que se celebra un nuevo Eurogrupo, esta vez crucial, sobre la cuestión griega. Los parqués contienen el tipo y se anotan ligeros y titubeantes movimientos a uno y otro lado de las gráficas de cotización.
El tono agridulce que ha arrojado el índice PMI de actividad empresarial en la Zona Euro tampoco ha ayudado a relajar la tensión entre los inversores. Aunque en el sector servicios el indicador macro ha conseguido cumplir con las previsiones de los analistas, no ha ocurrido lo mismo en el sector manufacturero, que no ha logrado colmar las expectativas. Una de cal y otra de arena que han invitado a los gestores a seguir conteniendo sus apuestas a la espera de una solución definitiva para Grecia.
Con este panorama, el Ibex 35 alcanza la media sesión con ligeros descensos del 0,2% que deja su gráfica anclada en los 10.890 puntos básicos. El asalto a los 11.000 enteros por el que se decantaban algunos expertos tras la remontada de ayer de momento no se produce, si bien tan pronto como se conozca la decisión definitiva del Gobierno heleno de Syriza sobre las propuestas de Bruselas, los analistas no dudan en que los parqués europeos marcarán con decisión su rumbo en uno u otro sentido. Abengoa (+1,5%) y OHL (+1,2%) se sitúan como las más pujantes del índice madrileño, mientras que CaixaBank (-2%) y Abertis (-1,5%) son las más bajistas.
Por el resto de plazas europeas, la atonía es generalizada. Buen ejemplo lo da el paneuropeo EuroStoxx 50, que anclado al mismo nivel al que ayer cerró sesión se queda a un paso de luchar por los 3.500 puntos. El CAC 40 parisino y el BEL 20 de Bruselas son los que más ceden, con caídas del entorno del 0,5% al ecuador de la sesión. Mientras tanto, el DAX germano y el Ftse 100 londinense son los que más alto apuntan con un tímido 0,3% arriba.
En el mercado secundario de renta fija, los bonos soberanos españoles a diez años marcan una rentabilidad del 1,52%. Mientras tanto, a los ‘bunds’ alemanes de referencia al mismo vencimiento tan sólo se les exigen tipos del 0,37%. Es así que la prima de riesgo repunta levemente hasta los 115 puntos básicos.
