Las ganancias publicadas para el ejercicio 2013 se quedan reducidas a la mínima expresión y hasta junio de 2014 la gaditana no ha hecho otra cosa que acumular pérdidas. La crisis de Carbures ya tiene cifras encima de la mesa. La compañía gaditana ha reformulado sus cuentas de la primera mitad del ejercicio 2014 bajo la tutela de los auditores de PwC y el beneficio récord de 11,4 millones de euros que hace unos meses exhibía ha pasado a convertirse en pérdidas por más de seis millones.
Así se acerca el punto final a la polémica surgida cuando la gigante de la auditoría se puso a revisar las cuentas de Carbures de los últimos ejercicios para preparar su salto al Mercado Continuo desde el Mercado Alternativo Bursátil (MAB). PwC ha echado por tierra el que la gaditana hubiera sido capaz de multiplicar por siete su beneficio hasta junio, pues ha considerado que algunas de las sociedades a las que la cotizada consideraba clientes forman parte en realidad de su propio entramado societario.
En este sentido, los auditores que dieron la voz de alarma han dado ya su visto bueno a las cuentas reformuladas de la compañía especializada en estructuras de carbono. No obstante, aconsejan a su dirección que sigan “criterios más prudentes” a la hora de contabilizar los ingresos del grupo. Y es que el impacto, ahora ya cuantificado, se preveía de tal magnitud que los supervisores del MAB decretaron la inmediata suspensión de cotización de las acciones de la empresa, situación en la que se sigue encontrando pese a que la intención inicialmente anunciada era haber resuelto el caso en unos pocos días.
Las nuevas cuentas de Carbures apuntan que en 2013 la compañía se quedó muy lejos de alcanzar los 4,7 millones de euros de beneficio que anunció por aquel entonces. En su lugar, el balance revisado por PwC arroja ganancias por tan sólo 1,9 millones de euros. Los pormenores de estos cambios han sido convenientemente comunicados al MAB, en el que ya se espera un fuerte batacazo para la compañía una vez sea levantada la suspensión que pesa sobre sus títulos por haber alcanzado las cotas a las que fueron congelados gracias a una información financiera que ahora no es más que papel mojado.