El Ibex asume con cautela la desaceleración de Europa

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El Ibex asume con cautela la desaceleración de Europa

Sede del ibex 35

Las buenas perspectivas chocan con las cifras del paro y el aumento de la deuda pública. Sí pero no. O sí pero con cuidado. Son las frases que podrían resumir la trayectoria que ha registrado el principal indicador de la Bolsa española, el Ibex 35, desde el pasado mes de enero. Una trayectoria que ha estado marcada, primero por las noticias de que la recuperación económica es ya una realidad y, después, por las nuevas dudas de una desaceleración.

No parece ser una nueva promesa gubernamental. O no sólo. El propio Fondo Monetario Internacional (FMI) aseguró hace unas semanas que la de España sería, muy probablemente, la economía más dinámica del club del euro el año que viene pese a la elevada tasa de paro, el incremento de su deuda pública y la aparente ausencia de alternativa al sector inmobiliario como caballo de batalla.

Probablemente sean estos matices los que han llevado al Ibex a desplomarse tan pronto había alcanzado un nuevo pico. Si el pasado mes de enero el selectivo lograba tocar los 10.500 puntos, febrero lo comenzó acercándose peligrosamente a los 9.500. Y aunque a partir del segundo mes del año la evolución fue, durante varias semanas, favorable, en agosto cayó de nuevo por debajo de los 10.000 puntos tras haber superado, en los meses anteriores, los 11.000 enteros. El mayor desplome, en cualquier caso, tuvo lugar este mismo mes de octubre, cuando en el plazo de unas pocas sesiones cayó desde los casi 10.800 puntos hasta los casi 9.700. Luego comenzó una lenta recuperación.

Este último bache tuvo su origen en dos motivos: las aspiraciones de Grecia a abandonar la tutela de la Troika sin el permiso de Bruselas (la reacción de los mercados ante aquella noticia llegó a convulsionar Wall Street) y, puede que en mucha menor medida, la crisis sanitaria originada por la auxiliar de enfermería Teresa Romero, pues el ser diagnosticada como infectada por el letal virus del ébola conllevó un serio traspiés para las compañías del sector turístico, incluidas las aerolíneas.

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