El tiempo de la subasta de CatalunyaCaixa toca a su fin y el entusiasmo parece escaso. El FROB confía en que la última ayuda de la Sareb ayude a animar la adjudicación. CatalunyaCaixa busca nuevo dueño y el tiempo se agota. El plazo para la presentación de ofertas en firme termina este viernes y el FROB espera poder animar la recta final de la subasta gracias a la ayuda in extremis que orquestado a través de la Sareb. El objetivo es conseguir al menos cuatro pujas.
Desde el FROB están convencidos de que la aportación de otros 1.500 millones de euros de dinero público a la maltrecha entidad catalana es una “buena noticia” de cara a un proceso de adjudicación que en los dos intentos anteriores tuvo que declararse desierto. Fuentes del organismo público citadas por Europa Press no dudan en calificar el traspaso de hipotecas tóxicas al fondo Blackstone como un punto de partida para generar “muy buenas” expectativas de cara a esta recta final.
Una vez que se ha conseguido hacer del balance de CatalunyaCaixa algo más apetecible, desde el FROB se considera que su situación ahora es de “una entidad normal”, mientras que antes seguían en peligro sus ratios de liquidez y solvencia. Igualmente han destacado que ahora sí se ha conseguido “evitar totalmente el riesgo de tener que liquidar la entidad por la imposición de la Unión Europea”, siempre según declaraciones recogidas por la agencia.
A la par que han destacado la bondad de esta ayuda de última hora, desde el FROB se ha insistido en lo “imposible” de dotar a la entidad catalana de más capitales públicos para sanear sus cuentas. No obstante, se ha dejado la puerta abierta a la aportación de garantías similares a las que se ofrecieron para desatascar la adjudicación de Novagalicia, cuya subasta también se topó con una gran falta de apetito en el mercado.
