«Ya que menos del cinco por ciento de la población está vacunada completamente, el conflicto afecta la vacunación contra el covid-19 en todo el país y retrasa las inmunizaciones programadas, lo que podría provocar nuevos brotes», dijo en una rueda de prensa.
Precisó que en Afganistán circulan las variantes alpha y delta del coronavirus, y la OMS se preocupa por un posible aumento del número de contagios debido a las tensiones en Afganistán y desplazamientos masivos de la población.
Los combatientes del movimiento talibán (proscrito en Rusia) se hicieron con el control de buena parte de Afganistán en la primera quincena de agosto, y el día 15 entraron en Kabul, retomando el poder tras dos décadas de intervención aliada que llegará a su término a fines de este mes.
El presidente afgano, Ashraf Ghani, huyó del país y pidió asilo en Emiratos Árabes Unidos.
Los talibanes dejaron claro de entrada que aspiran a un «traspaso completo» del poder en Afganistán, si bien anunciaron más tarde la disposición de negociar la creación de «un gobierno transparente, inclusivo e islámico».
Mientras, en el aeropuerto de Kabul continúan contrarreloj la evacuación de miles de expatriados y sus colaboradores afganos, desesperados por escapar del autoproclamado Emirato Islámico de Afganistán. Los talibanes ya advirtieron que no tolerarán la presencia de invasores más allá del 31 de agosto, fecha en que debe finalizar la retirada de las fuerzas aliadas.