No sé lo que les parecerá a ustedes pero a mí la noticia que más me ha impactado de las que he visto en la prensa de hoy es la que publica Abc sobre el presidente de Venezuela. Afirma el diario de Vocento, así sin rodeos, que “los informes médicos dan a Chávez menos de un año de vida”, aunque luego en páginas interiores intenta suavizar el mazazo añadiendo “a menos que acepte un tratamiento intensivo”.
Además, el rotativo conservador, reconoce sin ningún pudor, que sabe que “el cáncer de próstata del líder venezolano se complica con metástasis en los huesos y la espina dorsal” porque ha accedido a uno de los “informes confidenciales” que parece no haber tenido ningún problema ético en publicar, aunque estén claramente dentro de la esfera privada del personaje en cuestión.
Y leyendo esta información me pregunto dónde se debe poner la frontera. Me imagino qué pasaría si cualquier diario sacara una información similar del presidente del Gobierno español y si, para colmo de los males, el medio que publicara dicha noticia fuera extranjero.
Acuérdense de la polémica que se creó cuando El Mundo, otro paladín de la libertad de expresión cuando le conviene, publicó una foto de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, en una camilla en el Clínico justo después de ser operada de cáncer.
Muchos medios de comunicación se echaron las manos a la cabeza por dicha intromisión en la vida privada de Aguirre, que por muy lideresa que se la considere en esos momentos era una paciente en un hospital. Lo mismo pasa con Chávez: un hombre enfermo y con una familia que a lo mejor desconocía la gravedad de su dolencia. Que merece se le trate con respeto en el ámbito privado por mucho que Abc le desprecie en el público. Es mi opinión. Y ahí la dejo.
