¡Pobre Ana Botella! Dice El País que la oposición está al “acecho de los deslices verbales” de la alcaldesa de Madrid. Con lo que les gusta hablar a los políticos cuando les ponen una micrófono delante, resulta que la regidora de la capital se tendrá que contener y pensarse dos veces lo que suelta por esa boquita.
La causa, la conocemos todos. Es la comidilla de Internet desde que se conoció que la mujer de José María Aznar iba a ocupar el sillón de la Alcaldía madrileña: sus comentarios, cuando un periodista le hace una pregunta cuya respuesta no tiene preparada, no tienen desperdicio. Y es que según recalca el diario de Prisa “Ana Botella, alcaldesa de Madrid, lleva años dando jugosos titulares: sobre el matrimonio homosexual (la célebre frase de las peras y las manzanas), la contaminación («yo no veo la boina esa de la que ustedes hablan», «más asfixia el paro», negando los efectos nocivos para la salud de la polución), la limpieza de las calles del centro («los mendigos son una dificultad añadida»)…
Hace notar El País que “Cuando Ana Botella lee, como hizo durante su discurso de investidura, es comedida, va al grano, explica sus medidas o sus intenciones y nada más. El problema es cuando se desvía de la senda marcada. Porque acaba metida en charcos”. Y la oposición lo sabe. “Sabe de la facilidad con que la alcaldesa se pierde en la jungla dialéctica.
Pero si sus adversarios conocen su punto flaco, ella también. Recuerda el diario progresista que en los dos últimos meses no se le ha escuchado ni una salida de tono. Y ha sido así porque ha dejado de contestar a las preguntas de la oposición en las comisiones de Medio Ambiente, para lo cual “se ha rodeado de directores generales, técnicos a los que ha puesto a dar la réplica a los ediles de los otros partidos”. Y la oposición cree que el blindaje de Botella será aún mayor ahora que es alcaldesa, para lo que “no se saldrá del guión”. No sabe no contesta.
Para romper su férrea defensa de silencio evitando la exposición pública, los partidos de la oposición empiezan a perfilar la nueva estrategia, publica El País, que informa que el portavoz socialista, Jaime Lissavetzky, ha convocado esta semana una «larga» reunión con sus concejales para tratar la cuestión. O sea para ver cómo le sueltan la lengua a la alcaldesa. Pues a ver quién sale ganando en esta peculiar batalla. Pueden hacer apuestas.