La paz y el ambiente navideño que reinaba en el Congreso han durado poco. Jesús Posada no ha empezado con buen pie al enfrentarse al ‘todopoderoso’ Pedrojota Ramírez, que hoy le dedica un duro editorial en el que le acusar de querer practicar la censura en la Cámara, ni más ni menos.
La polémica comenzó ayer cuando El Mundo publicó una fotografía de la pantalla del teléfono móvil de Alfredo Pérez Rubalcaba en la que se podía leer el siguiente mensaje: «Me dice nuestra informadora en el Ayuntamiento de Madrid que Gallardón va a defensa». El presidente del Congreso puso el grito en el cielo y encargó un informe jurídico a la Secretaría General, ya que lo considera una intromisión “intolerable” en “el derecho a la privacidad” de un diputado, una posición que fue respaldada por todos los miembros de la Mesa del Congreso.
Pero ¿qué es lo que ha conseguido el recién estrenado Posada? pues que Pedrojota, se enfade de verdad y le responda que “lo verdaderamente ‘intolerable’ es tener un presidente del Congreso que desconoce cuál es la doctrina constitucional sobre libertad de expresión y derecho a la intimidad.
Y se defiende de las críticas al afirmar que la imagen “se obtuvo en un espacio público y sin interceptar las comunicaciones” explica que “en realidad, es como si hubiéramos fotografiado las notas del cuaderno de un diputado” y se escuda en que “el mensaje no era de tipo personal, sino de contenido político”. Por ello dice que “lo que intenta hacer Jesús Posada es limitar la libertad de información y supone un ataque directo a la prensa, como lo fue la actitud de su vicepresidenta, Celia Villalobos, de exigir el lunes a los fotógrafos ver sus cámaras por si habían captado unos textos de Rajoy”. ¿Tú también Celia? Estamos apañados.
