La semana acaba con la ruptura de las negociaciones para la última de las reformas que quedaba pendiente en el ámbito laboral: la negociación colectiva, por lo que ahora al Gobierno le queda la ‘patata caliente’ de tener que aprobar un decreto-ley “que le puede traer muchos quebraderos de cabeza” a Zapatero, al candidato Rubalcaba y al PSOE, como se encarga de recordar Pedrojota Ramírez.
Por ponerle las cosas difíciles a un gobierno socialista se entiende que los diarios conservadores crean que la patronal lo ha hecho divinamente. La Razón considera que la CEOE acierta al “vetar una falsa reforma” “un acuerdo de mínimos” para “salvarle la cara a unos sindicatos desprestigiados” y dice que los empresarios harían un flaco favor a los trabajadores “si refrendaran una reforma descafeinada e inútil”. El Mundo camina por la misma senda al señalar que “CEOE ha jugado correctamente sus cartas”, a pesar de reconocer que ha endurecido sus posiciones (…) al ver la debilidad del Gobierno tras las elecciones municipales y autonómicas”. O sea que da la razón a los sindicatos cuando acusan a la patronal de cambiar las reglas del juego tras la victoria del PP el 22-M.
Y si ayer conocíamos la opinión de la prensa conservadora -todo parabienes- sobre el plan de austeridad del PP, hoy leemos la de El País. Califica las medidas de “buenas intenciones” y hace notar a Rajoy que “el problema de la deuda y el déficit en las autonomías no se resuelve reduciendo el número de consejerías” -ya que no se puede despedir a los funcionarios- ni el gasto en móviles y coches oficiales, aunque no esté de más. Y le da una pista que ha encontrado en la costa mediterránea de cómo se ahorra: evitando inversiones faraónicas en aeropuertos sin aviones, en jardines exóticos, en ciudades temáticas o en bibliotecas sin libros. ¿Les suena?