Carles Francino ha destacado en la SER que hoy termina la campaña electoral con un titular inesperado: desconcierto. El desconcierto que se ha desatado tras el Movimiento 15-M o los ‘indignados’ y la pregunta es saber qué pasará mañana después de que la Junta Electoral Central haya prohibido las concentraciones de este colectivo mañana y el domingo. Por este motivo, el ejercicio que han hecho los tertulianos de las distintas emisoras es tratar de ponerse en la piel del ministro del Interior y decidir la difícil papeleta que le ha endosado la controvertida decisión de la Junta Electoral: qué hacer con los acampados, si actuar para impedir las concentraciones o no hacerlo ante la posibilidad de que se provoque una ‘batalla campal’.
José Ignacio Wert se ha mostrado partidario en la SER de una intervención mínima, porque lo que más perturbaría la jornada de reflexión y la propia cita en las urnas sería la existencia de incidentes graves y Román Orozco también opinó que disolver las concentraciones provocaría más problemas que lo que se va a intentar resolver. Una opinión similar mostró en la COPE Jesús Cacho, quien advirtió que “no es bueno apagar un incendio con gasolina”. En este sentido, admitió no estar muy alejado de las tesis de Rubalcaba, al señalar que si interviniera la Policía “como los grises cuando era joven” se mantendrá el conflicto, algo con lo que Esther Palomera, se mostró de acuerdo. En Onda Cero, Raúl del Pozo y Casimiro García-Abadillo tampoco creen que la solución sea impedir los actos para evitar males mayores, aunque el segundo advierte que se crea un “terrible” precedente, que se “carga el imperio de la ley” con la idea de hacer lo que convenga en cada momento.
