Eramos pocos y parió la abuela” que dice el refrán. Como si

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Eramos pocos y parió la abuela” que dice el refrán. Como si

Eramos pocos y parió la abuela” que dice el refrán. Como si las cosas no estuvieran bastante negras en el aspecto económico, va la selección y nos enfría la euforia perdiendo el primer partido del Mundial frente a Suiza, que sobre el papel era un rival fácil. Por eso, no es de extrañar que a los lectores les haya bajado la tensión y hayan necesitado un segundo café para sobrellevar unas portadas en las que las dos primeras noticias son la derrota futbolera y que nos van a pagar menos si somos despedidos y que, para colmo, parte de los despidos se los vamos a subvencionar entre todos a los empresarios, ya que ocho días de la indemnización los va a abonar el Fogasa. Con el añadido de que no podemos echar la culpa de esto al amor, como el de Sara Carbonero y Casillas, que según The Times tiene la culpa de que que España perdiera ayer en Sudáfrica.

Bromas aparte lo cierto es que los diarios dan sus opiniones sobre la reforma laboral y a tenor de las primeras impresiones parece que no les gusta demasiado, ya que hay unanimidad en criticar, sobre todo, la confusión que genera; además de otras coincidencias como que el catedrático de Economía de la Universidad Carlos III Juan J. Dolado, en El País y el editorial de El Mundo denuncien que en el decreto hay más buenas intenciones que otra cosa.

Pedrojota pregunta al presidente “por qué la mano que no le ha temblado para reducir el sueldo de los funcionarios o congelar las pensiones ha sido demasiado débil para dinamizar las reglas del mercado de trabajo” mientras que el editorial del diario de Prisa deja aclaro que el documento “no acaba de cristalizar en una propuesta nítida y convincente”. Además, El País da un aviso claro al presidente: que no ceda a la tentación “de embarcarse en otra de sus famosas dilaciones” con la coartada del trámite por ley porque ya no tiene margen de maniobra. “Para convencerse, solo tiene que consultar el diferencial de la deuda con el bono alemán”. Sin tapujos.

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