La liberación de la cooperante catalana Alicia Gámez es la n

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La liberación de la cooperante catalana Alicia Gámez es la n

La liberación de la cooperante catalana Alicia Gámez es la noticia que manda en las portadas, aunque los diarios también destacan de manera especial el hecho de que la ‘lideresa’ de nuevo haya ejercido como tal, al volver a rebasar a Rajoy, como hace notar El País, y promover una ‘rebelión’ ciudadana contra la subida del IVA. La tercera información, lógicamente, es futbolera: la eliminación del Real Madrid de la Liga de Campeones, por sexto año consecutivo, en octavos de final, lo que está haciendo correr ríos de tinta.

Pero como lo primero es lo primero, y con las fotos de la cooperante liberada protagonizando las primeras, hay que destacar que El Mundo informa en exclusiva que la libertad de Gámez ha costado dos millones de dólares que han llegado a los miembros de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), aunque elude decir quién los ha abonado, ya que la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, aseguró ayer que el Ejecutivo no ha pagado nada por el rescate. Hay muchos editoriales también sobre esta cuestión que coinciden en expresar la alegría por la liberación, elogian la prudencia del Gobierno español y hacen notar que el dinero que se paga por los raptos sirve para financiar nuevas acciones de estos terroristas. Otra cosa es que los diarios se crean que no se ha pagado un rescate. El Mundo afirma que el Ejecutivo no lo admite porque habría cometido un delito y El País considera lógico que no lo haga para no animar a otros terroristas a cometer actos similares.

Acabamos con el tanto que, esta vez sí, se ha apuntado El Mundo con el 11-M al sacar a la luz que una mujer que nunca estuvo en los trenes “lleva seis años viviendo a costa de las ayudas reservadas a las víctimas de la matanza” y ha recibido la nacionalidad española, un piso, decenas de miles de euros y una condecoración. Lo que ocurre es que aunque no tenga nada que ver Pedrojota utiliza la noticia para resucitar, cómo no, la teoría de la conspiración.

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