El ambicioso Acuerdo de París contra el cambio climático se selló a mediados de diciembre de 2015 y fue finalmente suscrito por cerca de doscientos países en abril de 2016. Se consideró entonces todo un hito en el compromiso global con la protección del medio ambiente y la reducción de las emisiones contaminantes; sin embargo, más de dos años después, las negociaciones para la concreción de su puesta en marcha se encuentran prácticamente estancadas. Apenas hay avances en puntos claves del tratado.
Ayer finalizó en Bonn un encuentro de dos semanas entre responsables de los países que han suscrito el acuerdo para dar nuevos pasos antes de la gran cumbre que se celebrará a finales de año en Katowice (Polonia). Estas citas denominadas ‘intersesionales’ (se realizan entre las grandes cumbres anuales sobre el clima) son fundamentales para ir debatiendo y ‘tejiendo’ los compromisos que posteriormente reciben luz verde en las COP (Conferencias de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático).
Se espera que en diciembre, en Katowice, se acuerdo un ‘libro de reglas’ para la implementación del Acuerdo de París, que debía haber empezado a gestarse en la citada reunión de Bonn. Pero lejos de acercar posturas, parece que el encuentro ha dado muestra de la falta de consenso político, especialmente entre los países desarrollados y los más pobres. Patricia Espinosa, secretaria ejecutiva de la Convención Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático (CMNUCC) quiso destacar “el entusiasmo por elevar la ambición y trabajar juntos y unir esfuerzos”, pero ciudadanos y organizaciones ecologistas se muestran cada vez más preocupados.
Los asuntos de mayor fricción son las exigencias de reducción de emisiones a las naciones más pobres y los fondos para financiar la transición hacia una descarbonización de la economía. “Lo más preocupante es que persiste el bloqueo sobre la financiación necesaria a los países más empobrecidos. Prueba de ello es cómo no se han solucionado las objeciones presentadas por el grupo africano en el final de la COP23”, señala al respecto Ecologistas en Acción.
Ante la falta de acercamiento, la CMNUCC ya ha convocado una nueva reunión antes de Katowice, que tendrá lugar en septiembre en Bangkok. Según la citada organización ecologista “los puntos más importantes” han sido “sistemáticamente pospuestos a la reunión en Bangkok”, entre ellos, la financiación, los avances del libro de reglas o el “proceso de inventario global”. “Se trata de unas conversaciones que nuevamente concluyen sin definir una ruta clara sobre cómo abordar los instrumentos legislativos que deberían aprobarse en la próxima COP24”, explica Ecologistas en Acción.
La decisión de elegir Polonia como país anfitrión de la próxima cumbre, la COP24, está también en el centro de las críticas. Organizaciones ecologistas y ONG de todo el mundo no entienden que una nación que genera alrededor del 90% de su electricidad a partir del carbón y cuyo gobierno defiende los combustibles fósiles acoja un encuentro contra el cambio climático.
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