De ellos, 795.413 autónomos sobreviven con ingresos iguales o inferiores a 670 euros al mes, una cifra que supera el 20% del colectivo total y que, a juicio de la organización, confirma el estallido de la denominada “burbuja del emprendimiento”.
UPTA advierte de un deterioro profundo y estructural del trabajo por cuenta propia en España, con cientos de miles de personas atrapadas en actividades sin viabilidad económica ni ingresos suficientes para vivir con dignidad.
Texto introductorio El análisis sostiene que el sistema ha incorporado a numerosos trabajadores sin un proyecto empresarial real, sin mercado definido y sin capacidad efectiva de generar rentas estables. Esta dinámica, alimentada durante años por políticas públicas basadas en incentivos indiscriminados al autoempleo, ha terminado por convertir el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) en un espacio de precariedad estructural para una parte relevante del colectivo.
Sumario: Más de 795.000 autónomos declaran ingresos mensuales iguales o inferiores a 670 euros, una cifra por debajo del salario mínimo interprofesional de 2023.
La dimensión real de los bajos ingresos
Los datos analizados por UPTA permiten trazar una radiografía precisa de la situación económica de una parte significativa del colectivo autónomo. La siguiente tabla resume los principales bloques detectados en el estudio, todos ellos correspondientes al ejercicio fiscal de 2023:
| Situación declarada | Número de autónomos | Contexto económico |
|---|---|---|
| Rendimientos inferiores a 900 euros mensuales | 1.066.197 | Ingresos por debajo del salario mínimo |
| Rendimientos iguales o inferiores a 670 euros mensuales | 795.413 | Más del 20% del total del colectivo |
| Autónomos sin rendimientos declarados | 460.980 | Cotizan en el RETA sin actividad económica real |
| Autónomos que no deberían estar en el RETA, según UPTA | ~500.000 | Situaciones estructurales de precariedad |
Sumario: Más de un millón de autónomos no alcanza ingresos suficientes para cubrir niveles salariales básicos.
Cotizar sin ingresos: una anomalía estructural
El informe pone el foco en una disfunción relevante del sistema: 460.980 autónomos no declaran ningún rendimiento a la Agencia Tributaria, pese a permanecer dados de alta y cotizar en el RETA. En este grupo se concentran autónomos colaboradores, miembros de sociedades y personas que no desarrollan una actividad económica real.
UPTA considera que una parte significativa de estas personas no debería estar integrada en el régimen de autónomos y plantea la necesidad de articular fórmulas alternativas, como convenios especiales con la Seguridad Social, ya existentes para otros colectivos.
Sumario: Casi medio millón de autónomos cotiza en el RETA sin declarar ingresos económicos.
Incentivos al autoempleo y expectativas irreales
La organización denuncia que las políticas públicas basadas en incentivos indiscriminados al emprendimiento, como la tarifa plana, han generado expectativas infundadas y han empujado al sistema a personas sin estructura empresarial ni capacidad real de generar ingresos suficientes.
UPTA aclara que dentro de los tramos de bajos rendimientos conviven situaciones diversas, como autónomos en fases iniciales de actividad, trabajadores en pluriactividad, profesionales próximos a la jubilación que buscan completar sus carreras de cotización o miembros de sociedades que declaran rendimientos mínimos o nulos.
Reubicar a 500.000 autónomos fuera del RETA
Como consecuencia de esta situación, UPTA estima que cerca de 500.000 autónomos no deberían estar actualmente integrados en el RETA y deberían ser reubicados en el mercado laboral, garantizándoles un salario y unas condiciones de vida dignas, en lugar de mantenerlos atrapados en actividades sin viabilidad económica.
La organización subraya que el emprendimiento no es el problema, sino la promoción de proyectos sin bases mínimas de sostenibilidad. “Las actividades que funcionan son las que nacen de una iniciativa propia real, están bien diseñadas desde el origen y cumplen estándares mínimos que permiten emprender con garantías razonables de éxito”, señala.
“Ninguna persona debería trabajar para ingresar menos de lo imprescindible para vivir. El RETA no puede seguir funcionando como un cajón de sastre donde cabe todo”, concluye el presidente de UPTA, Eduardo Abad.
