Manos Unidas alerta de que los más empobrecidos del mundo se están volviendo «aún más pobres»

Coronavirus

Manos Unidas alerta de que los más empobrecidos del mundo se están volviendo «aún más pobres»

"Los más empobrecidos coinciden, por desgracia, con esos sectores de población más vulnerables, que no tienen medios ni posibilidades para poner en práctica las medias básicas de higiene".

Un hombre con mascarilla pasea por una calle de Madrid durante la crisis del coronavirus a 15 de marzo de 2020.

Manos Unidas ha alertado de que los más empobrecidos del mundo se están volviendo «aún más pobres» como consecuencia de la pandemia del coronavirus COVID-19 y advierte de las consecuencias que tendrá sobre estas poblaciones la crisis económica que se derivará de esta emergencia sanitaria.

«Las medidas de confinamiento y de restricción de movimientos decretadas por una gran mayoría de Gobiernos del mundo para evitar la extensión del coronavirus en sus países, están afectando ya de forma muy importante a las personas más empobrecidas con las que trabajamos», ha asegurado la responsable de proyectos de Manos Unidas, Isabel Vogel.

Desde que comenzó la crisis, la ONG de la Iglesia católica está en contacto con sus socios locales en África, América y Asia. Todos ellos concuerdan a la hora de señalar los colectivos más sensibles a esta crisis: «migrantes, trabajadores en precario, minorías étnicas y tribales, niños y mujeres».

«Los más empobrecidos coinciden, por desgracia, con esos sectores de población más vulnerables, que no tienen medios ni posibilidades para poner en práctica las medias básicas de higiene o de distancia, necesarias para evitar el contagio», ha señalado Vogel.

Además, ha añadido que les preocupa «que las medidas decretadas por los Gobiernos, puedan dar pie a vulneraciones de los derechos humanos de estos colectivos más desprotegidos o que, con la excusa del coronavirus, se pongan en marcha medidas excepcionales que se perpetúen en el tiempo, una vez superada la emergencia».

HACINAMIENTO EN LOS SLUMS DE LA INDIA

Desde Asia, más concretamente desde India, una de las situaciones más preocupantes que transmiten a Manos Unidas es la del hacinamiento en los slums (barriadas marginales que proliferan en los alrededores de las grandes ciudades) y la precariedad en la que viven los millones de personas que los habitan. Muchas de estas personas son trabajadores temporales que se trasladan a las urbes, en la época de escasez de alimentos en el campo, en busca del sustento diario.

Manos Unidas trabaja con este colectivo desde sus orígenes, con programas y proyectos de sensibilización, formación, asistencia en derechos, apoyo legal, etcétera. «El Gobierno ha anunciado que dará paquetes de ayuda a las personas más pobres y a los trabajadores que no estén sindicados, pero para que esta maquinaria se ponga en marcha, se necesita tiempo. Las personas más necesitadas son siempre las más abandonadas y las que más sufren las privaciones», ha asegurado el padre Jayant Russel Raj, desde la ciudad de Varanasi, en India.

Desde América Latina, los socios de la ONG muestran, también, su preocupación por los trabajadores informales, que deben salir a buscar el sustento diario para poder sobrevivir, y para los que guardar la cuarentena es casi imposible. Las poblaciones indígenas son, igualmente, motivo de inquietud.

«Trabajamos con pueblos indígenas minoritarios, en alto riesgo de desaparecer por necesidades básicas insatisfechas y por el conflicto armado. Ya en otras épocas de la historia ha habido epidemias que han acabado con pueblos enteros. Las condiciones de salud, la desnutrición y la falta de atención sanitaria es algo que nos tiene muy preocupados. No existen las condiciones ni los controles necesarios para proteger a estos pueblos, porque no son una prioridad dentro del país», ha afirmado Ruth Chaparro, directora de Fucai, socio local de Manos Unidas en Colombia, que trabaja con 28 de los 87 grupos indígenas del país.

FALTA DE HOSPITALES Y MEDICINAS EN ÁFRICA

También en África la atención de los socios locales de Manos Unidas, mayoritariamente misioneros y religiosos, se centra en los grupos más vulnerables, aunque toda la población es motivo de preocupación porque «disponen de pocos hospitales y centros sanitarios, tienen una ratio muy baja de agentes de salud con respecto a la cantidad de población, no hay seguridad social, faltan medicinas esenciales y los programas de prevención son insuficientes».

«Además, la falta de agua, de medidas higiénicas, el hacinamiento de la población y el elevado número de personas con malnutrición y desequilibrio alimenticio hace que haya un gran número de personas vulnerables y con mucho riesgo de desarrollar la enfermedad», ha comentado la religiosa Cristina Antolín, que durante 32 años ha trabajado como médico en África.

Lo mismo opina el director de Cáritas Freetown, socio local de Manos Unidas en Sierra Leona, Peter Konteh, que, además de preguntarse qué habría pasado si el coronavirus hubiera comenzado en África, asegura que «la gente más pobre se está volviendo aún más pobre puesto que no pueden asumir el gran coste de vida que, además, no para de crecer».

«La leche, el azúcar, el pan, el agua y muchos otros productos de primera necesidad han aumentado su coste y seguirán aumentando mientras el brote continúe. Mucha gente está sufriendo y mucha más gente sufrirá, incluso en el caso de que Sierra Leona no registre ni un solo infectado de coronavirus», ha indicado.

Manos Unidas ha tenido que suspender en algunos países los programas que estaba desarrollando y en otros muchos indica que será necesario poner en marcha programas específicos de emergencia que permitan dar una respuesta inmediata a las necesidades más acuciantes de la población y hacer frente al impacto que esta crisis pueda tener.

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