Los vecinos de Centro redoblan su batalla contra el Ayuntamiento por el descontrol del alquiler turístico

Madrid

Los vecinos de Centro redoblan su batalla contra el Ayuntamiento por el descontrol del alquiler turístico

Las asociaciones vecinales reciben con pesimismo las limitaciones al alquiler turístico anunciadas por Carmena y llevarán a los tribunales al Consistorio por su “inacción”.

Pisos

Las asociaciones de vecinos del Centro de Madrid consideran que el Ayuntamiento de la capital no está actuando con la suficiente contundencia a la hora de poner freno al descontrolado incremento de pisos turísticos que está devorando la ciudad y especialmente este distrito madrileño y no creen que las medidas anunciadas por la alcaldesa, Manuela Carmena, -limitando el alquiler de viviendas particulares a 90 días al año- vayan a acabar con el problema.

Esteban Benito, portavoz de la Coordinadora de Asociaciones de Vecinos del Centro de Madrid, afirma que el plan anunciado por la alcaldesa para abordar los problemas producidos por las viviendas de uso turístico (VUT) y/o de otras formas comerciales de hospedaje, a pesar de los pocos detalles que se conocen- “ya está generando alarma y preocupación entre los vecinos del Distrito de Centro, donde se concentra esta actividad”, ya que consideran que es una improvisación, un ejercicio de propaganda o incluso temen que sea “la puerta trasera para legalizar de facto las viviendas de uso turístico”.

El portavoz de la coordinadora asegura que los vecinos están decepcionados con la noticia de que el ayuntamiento permitirá a los propietarios alquilar sus viviendas menos de 90 días sin necesidad de ninguna licencia y se preguntan: ¿cómo se contabilizarán los 90 días? ¿quién lo controlará?, ¿cómo?, y hacen notar que el Ayuntamiento anuncia la regularización de 1.000 viviendas de este tipo en seis meses, cuando sólo en el Distrito Centro hay más de 6.700.

Benito explica que la coordinadora es muy crítica con la actitud del Ayuntamiento que califican de “negligente” ya que el plan anunciado por Carmena requiere una tramitación y, sin embargo, las autoridades municipales tienen una herramienta con la actuar que no están utilizando: el actual Plan General de Ordenación Urbana (PGOU). E indica que las entidades vecinales han consultado a expertos y arquitectos que les han informado que el actual PGOU “ya regula las condiciones de compatibilidad de las viviendas de uso turístico en de los edificios residenciales”, pero creen que éste no se ha querido aplicar por parte del actual equipo de gobierno y “ahora se sacan de la manga una nueva normativa” cuya eficacia ponen en duda.

Por ello, dicen ser muy críticos tanto con el Ayuntamiento como con la Comunidad de Madrid que preside Cristina Cifuentes, acusando a ambos Ejecutivos de estar más preocupados de su enfrentamiento político que de resolver los problemas de los ciudadanos

A los tribunales

También la Asociación vecinal de Sol y Las Letras –que no forma parte de la coordinadora vecinal de Centro- está decepcionada por las medidas anunciadas por la alcaldesa sobre los pisos de alquiler turístico y ayer su presidente, Víctor Rey, anunció que interpondrán una demanda ante el Juzgado de lo Contencioso por la “inacción” del Ayuntamiento al no haber recibido respuesta a las denuncias sobre 252 pisos turísticos sin licencia que la asociación presentó en junio. Recordando en el 90% de los edificios del barrio de Las Letras (10.000 habitantes) alberga al menos una vivienda turística sin licencia, además de un elevado porcentaje de edificios dedicados completamente a este tipo de alquiler.

Las entidades vecinales del distrito centro llevan largo tiempo denunciando que este fenómeno está provocando que los precios del alquiler tradicional suban de manera desorbitada, desalojando a los vecinos de toda la vida que no lo pueden pagar y provocando problemas de convivencia entre los residentes de los otros pisos del inmueble y los turistas por problemas de ruido, suciedad,inseguridad…

Y se quejan de que “paso a paso el Distrito Centro se va transformando en un lugar donde vivir es un reto” y piden poder “disfrutar del espacio público y de sus hogares sin padecer “un entorno agresivo de ruido, suciedad, conductas antisociales o la masificación”.

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