Los satélites GRACE captaron el vaciado masivo de un lago proglacial en la Patagonia chilena

Cambio climático

Los satélites GRACE captaron el vaciado masivo de un lago proglacial en la Patagonia chilena

El cuarto lago proglacial más grande del mundo se drenó repentinamente en 2020 en una zona remota de la Patagonia de Chile.

Imagen de satélite del Lago Greve (Chile) y de los puntos de referencia circundantes. La zona que pasó de ser lago a superficie terrestre desde el 8 de abril hasta el 1 de noviembre de 2020 está resaltada en amarillo. / Shuntaro Hata, Shin Sugiyama, Kosuke Heki

Imagen de satélite del Lago Greve (Chile) y de los puntos de referencia circundantes. La zona que pasó de ser lago a superficie terrestre desde el 8 de abril hasta el 1 de noviembre de 2020 está resaltada en amarillo. / Shuntaro Hata, Shin Sugiyama, Kosuke Heki

Los lagos proglaciales se forman cuando el agua de deshielo en retirada queda atrapada por el hielo o por una morrena (loma o colina alargada) dejada por el mismo u otro glaciar. El calentamiento del clima contribuye al creciente aumento del número y volumen de estos lagos, y ellos mismos contribuyen también a que los glaciares se derritan aún más rápido.

Sin embargo, estas  masas de agua pueden desecarse muy rápidamente cuando las presas que los contienen fallan. Un acontecimiento catastrófico de este tipo no solo supone un riesgo directo para la seguridad de los seres humanos, sino que también influye en los ecosistemas situados aguas abajo debido a la repentina afluencia de una gran cantidad de agua dulce. Por eso es importante vigilar los lagos proglaciales y estudiar sus interacciones con el entorno. Sin embargo, es un trabajo difícil debido a su ubicación, a menudo remota.

Shin Sugiyama, científico especializado en glaciares de la Universidad de Hokkaido (Japón) y el investigador Shuntaro Hata estaban estudiando las fluctuaciones de los glaciares en la Patagonia chilena mediante imágenes de satélite, cuando se dieron cuenta de que el lago proglacial Greve se había reducido considerablemente en el corto periodo de tiempo comprendido entre abril y julio de 2020.

Publicaron este hallazgo en la revista Communications Earth & Environment, además de un análisis de los datos disponibles, que confirma que el nivel de agua del lago descendió 18 metros. Esto se traduce en una pérdida de 3,7 kilómetros cúbicos (o, gigatoneladas) de agua, el mayor evento de este tipo observado por un satélite hasta la fecha.

Esta enorme pérdida de agua modificó incluso de forma medible el campo gravitatorio de la Tierra

Esta enorme pérdida de agua modificó incluso de forma medible el campo gravitatorio de la Tierra, según registraron los satélites gemelos de la NASA y del Centro Aeroespacial Alemán GRACE, si bien sus datos cuantitativos no coinciden con la cantidad real de agua drenada.

Shuntaro Hata (izquierda) y Shin Sugiyama (derecha), autores del estudio, con Matthias Scheiter (centro izquierda) y Rodrigo Traub (centro derecha). / Shin Sugiyama.

Análisis de las imágenes de satélite y de los datos topográficos

Por último, el análisis minucioso de las imágenes de satélite y de los datos topográficos de antes y después del suceso permitió a estos investigadores deducir que la causa del vertido fue probablemente el colapso de una protuberancia de sedimentos cercana a la salida del lago.

Los autores destacan que este estudio señala el camino para futuras investigaciones sobre la dinámica de los glaciares. Según explica Sugiyama, “los resultados proporcionan información detallada sobre las inundaciones por estallido de los lagos glaciares a gran escala, que ocurren muy raramente, y son importantes para entender los desastres causados por las fallas de los lagos glaciares”.

También pone de manifiesto la posibilidad y las limitaciones actuales del uso de los datos de los satélites GRACE para observar este tipo de acontecimientos.

El estudio proporciona datos concretos que pueden utilizarse para comprender mejor la dinámica de las interacciones entre los glaciares y los lagos que forman

“La importancia de las mediciones del sistema GRACE para estudiar este tipo de sucesos aumentaría si el cálculo de las lecturas del campo gravitatorio se adapta a los sucesos localizados”, dice Sugiyama.

Por último, el estudio proporciona información que puede utilizarse para comprender mejor la dinámica de las interacciones entre los glaciares y los lagos que forman, ya que “los cambios observados en el nivel del agua de los lagos glaciares pueden utilizarse para predecir los cambios en la afluencia de los glaciares a los lagos”, concluye.

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