Los nuevos esfuerzos reflejan una ruptura con la administración anterior, pero podrían tardar en dar sus frutos, ya que los reguladores estadounidenses luchan por determinar quién tiene la autoridad legal para supervisar el volátil mercado, publica Financial Times.
En una entrevista concedida al diario británico, Michael Hsu, que fue nombrado este mes contralor interino de la moneda, ha señalado que espera que los funcionarios estadounidenses trabajaran juntos para establecer un “perímetro regulatorio” para las criptodivisas.
“Realmente se reduce a la coordinación entre las agencias”, ha explicado Hsu, que dirige la oficina del Departamento del Tesoro que supervisa los bancos nacionales. “Solo por hablar con algunos de mis colegas, hay interés en coordinar mucho más estas cosas”.
La volatilidad ha sido la nota dominante de las criptomonedas este año, con el bitcoin rozando los 65.000 dólares para posteriormente caer hasta los 30.000 dólares antes de iniciar una nueva recuperación.
Una señal del nuevo enfoque de EEUU se produjo este mes con la primera reunión de un equipo interinstitucional de ‘cripto’, en el que participan funcionarios de los tres principales reguladores bancarios federales: la Oficina del Contralor de la Moneda de Hsu, la Reserva Federal y la Corporación Federal de Seguros de Depósitos (FDIC).
Hsu ha señalado que el objetivo del equipo no es elaborar una política, sino “poner algunas ideas a disposición de las agencias para que las consideren” mientras intentan ponerse al día con el crecimiento de las criptodivisas. “Es pequeño y de alto nivel”, ha apuntado sobre el grupo de trabajo. “La idea es que el tiempo es esencial y si es demasiado grande se hace más difícil”.
La SEC y la Comisión de Comercio de Futuros de Materias Primas también han debatido cómo proteger a los inversores en el mercado de las criptomonedas.
Gary Gensler, el presidente de la SEC, declaró la semana pasada ante un comité de la Cámara de Representantes que existen “lagunas en nuestro sistema actual”, señalando la posible necesidad de una legislación que especifique qué regulador debe supervisar las bolsas de criptomonedas.
El objetivo es aportar “protecciones similares a las de la Bolsa de Nueva York o el Nasdaq a las bolsas en las que se negocian criptoactivos”.
