Los polinizadores cumplen un papel decisivo en la producción de alimentos y en la conservación de la biodiversidad, pero su declive preocupa cada vez más en Europa. La Estrategia de Biodiversidad de la Unión Europea establece que al menos el 10% de la superficie agraria debe estar ocupada por hábitats naturales antes de 2030. Sin embargo, un estudio publicado en Science concluye que esa meta resulta insuficiente para asegurar poblaciones saludables de insectos esenciales como abejas solitarias, abejorros o mariposas.
Umbrales más altos para asegurar la conservación
El análisis, basado en 59 investigaciones en 19 países, revela que los umbrales necesarios son mucho mayores: las abejas solitarias requieren un 16% de hábitat natural, los abejorros un 18% y las mariposas hasta un 37%.
El estudio confirma un patrón claro: cuanto mayor es el porcentaje de hábitat natural en el paisaje agrícola, mayor es la abundancia de polinizadores
Los investigadores insisten en que no basta con pequeños parches de vegetación o franjas florales junto a los cultivos. Aunque aportan beneficios temporales, no compensan la falta de superficie. Por ello, plantean la necesidad de revisar los objetivos europeos para garantizar una protección real.
Umbrales de hábitat necesarios para polinizadores
Grupo de polinizadores | Porcentaje mínimo de hábitat natural |
---|---|
Abejas solitarias | 16% |
Abejorros | 18% |
Mariposas | 37% |
Más allá de la cantidad: calidad y permanencia
El estudio también advierte de que la calidad de los hábitats es clave, pero no suficiente si no se alcanza la superficie mínima. Incluso áreas ricas en flores no aseguran poblaciones estables si son demasiado reducidas.
Es necesario garantizar que las zonas restauradas sean permanentes y no dependan de medidas estacionales o temporales
Los autores proponen que los agricultores reciban compensaciones económicas estables durante al menos dos décadas por dedicar parte de sus tierras a la conservación. De lo contrario, la falta de seguridad podría desincentivar su implicación y limitar el impacto de estas medidas.
Implicaciones para la política agrícola europea
El trabajo concluye que la UE debe elevar su ambición. No solo se trata de restaurar más superficie, sino también de integrar criterios de calidad, permanencia y planificación espacial.
Los expertos plantean que la conservación de polinizadores debe combinarse con una agricultura sostenible, que incluya prácticas de reducción de pesticidas y diversificación de paisajes
En definitiva, alcanzar los objetivos de biodiversidad de aquí a 2030 exige revisar al alza los compromisos actuales e implementar políticas que reconozcan el papel de los agricultores en la preservación de la biodiversidad.
Los investigadores recuerdan que sin polinizadores no hay futuro para buena parte de la agricultura europea. Elevar los objetivos del 10% y asegurar hábitats de calidad y permanencia a largo plazo es, afirman, la única vía para evitar su declive y garantizar la seguridad alimentaria del continente.