Los intensivistas publican su hoja de ruta para la desescalada en las UCI

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Los intensivistas publican su hoja de ruta para la desescalada en las UCI

Los intensivistas apuntan que debe ser cada hospital el que establezca los protocolos necesarios para asegurar la duplicación de las camas de los servicios de medicina intensiva en caso de repunte.

Un médico con una muestra de sangre para un análisis de Covid-19 coronavirus

La Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (SEMICYUC) ha propuesto una serie de medidas y recomendaciones específicas para los servicios de Medicina Intensiva frente a la pandemia de Covid-19, una vez se están relajando las medidas de confinamiento.

«Desde la SEMICYUC entendemos que ya se dan las circunstancias para empezar a hablar de desescalada, si bien hay hospitales cuyas UCI se mantienen por encima del 150 por ciento de su capacidad a fecha de hoy. Esta desescalada debe plantearse partiendo de la situación particular de cada comunidad autónoma, sin bajar la guardia en lo que a medidas de control y seguimiento de nuevos casos se refiere y teniendo en cuenta también un previsible aumento de la patología no Covid-19. No hay que olvidar que muchos hospitales se mantendrán por encima de su capacidad durante meses», señalan en un comunicado.

Los intensivistas apuntan que debe ser cada hospital el que establezca los protocolos necesarios para asegurar la duplicación de las camas de los servicios de medicina intensiva en caso de repunte, pero los recursos de otras especialidades que se han estado utilizando durante las primeras semanas de la pandemia «deberían volver a sus funciones habituales cuanto antes, siempre y cuando la carga de pacientes lo permita».

«Las propias UCI deberían replantear su estructura para, aun manteniendo espacios concretos para pacientes Covid-19, no bloquear el resto de las actividades propias de intensivos. Así mismo, en lo referente a los nuevos espacios creados para ampliar las UCI, consideramos que es necesario dejarlos preparados estructural y funcionalmente, aunque no alojen pacientes», añaden.

Así, creen que «es el momento» de plantear la idoneidad de las instalaciones creadas y de las nuevas adquisiciones de material que se han llevado a cabo durante las primeras semanas de pandemia. «Creemos importante que cada hospital analice la calidad de las nuevas zonas asistenciales, más allá de la extrema urgencia por la que se generaron. También que se replanteen las propias estructuras ya existentes a priori, identificando mejoras necesarias como, por ejemplo, adaptar todos los boxes a presión negativa», insisten.

También consideran que «es ahora» cuando debe empezar a analizarse con calma el material nuevo recibido y ver sus funcionalidades más allá del manejo básico que se ha podido hacer hasta ahora. Del mismo modo, instan a sustituir el equipo antiguo obsoleto y asegurar la formación de la unidad en el manejo de los nuevos.

La SEMICYUC entiende que la desescalada y la previsión de una segunda oleada «no debe acompañarse en ningún momento de una pérdida de profesionales en las UCI». «Las unidades que han visto reforzado su número de intensivistas, enfermeros y otros profesionales deben mantener su número actual, más allá incluso de que se vuelva a un escenario de carga asistencial pre-Covid-19. La situación de estrés profesional que han sufrido los intensivistas exige descanso y este solo se puede conseguir manteniendo plantillas que aseguren rotaciones de calidad, así como permitan la cualificación y formación continua que ya se ha iniciado con respecto a la Covid-19, también en enfermería. Estabilizar los cuadros de personal es una cuestión de primer orden», comentan.

De cara a una segunda oleada, en lo referente a equipamiento, ven recomendable poder contar con un stock de, al menos, el 200 por ciento de lo necesario habitualmente. «Más importante aún es habilitar un sistema de reposición continuo que se ponga en funcionamiento apenas comiencen a llegar los nuevos infectados, sin esperar a que se desborden las UCI. La respuesta debe ser más precoz que hasta la fecha, con sistemas de monitorización que anticipen los escenarios a corto y medio plazo e indicadores dinámicos», argumentan.

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