La decisión llega después de años de lucha por parte del consistorio local y colectivos memorialistas, quienes han exigido de manera constante que la propiedad sea devuelta al ámbito público, siguiendo el precedente del Pazo de Meirás, recuperado previamente por el Estado.
Multas y presiones para cumplir la ley
La apertura pública de la Casa Cornide se produce tras la multa impuesta por la Xunta, al no cumplirse la normativa que exige que los inmuebles catalogados como BIC permitan visitas durante al menos cuatro días al mes. Actualmente, las visitas solo pueden realizarse los lunes mediante reserva en una página web habilitada por los Franco.
Historia controvertida de una propiedad pública privatizada
La Casa Cornide, edificada en el siglo XVIII, perteneció inicialmente al patrimonio municipal y estatal. Sin embargo, en los años sesenta, pasó a manos de los Franco tras una polémica subasta ganada por Pedro Barrié de la Maza, quien posteriormente cedió la propiedad a Carmen Polo, esposa del dictador.
Esta transferencia ha sido ampliamente cuestionada por la ciudadanía, colectivos históricos y partidos políticos, que denuncian el hecho como un expolio al patrimonio público.
Reacciones políticas y sociales ante la apertura
La alcaldesa de A Coruña, Inés Rey, ha encabezado la primera visita pública y ha resaltado que «por fin los Franco cumplen la ley», insistiendo en que la recuperación total del inmueble para la ciudad sigue siendo un objetivo prioritario.
El portavoz municipal del BNG, Francisco Jorquera, también presente en la visita, expresó que este acto es solo el primer paso para lograr la «restitución definitiva» de la Casa Cornide al patrimonio público, calificando la adquisición original como un «auténtico robo».
Además, Rubén Centeno, miembro de la Comisión pola Recuperación da Memoria Histórica, y el historiador Alfredo Vigo, encargado del informe que permitió la declaración del inmueble como BIC, participaron en esta visita inaugural. Vigo destacó algunos elementos arquitectónicos originales del interior, aunque puntualizó que ya no quedan muebles originales de la época anterior a la propiedad de los Franco.
Este inmueble continúa en el centro del debate público y judicial por su restitución, siguiendo el precedente que marcó la recuperación del Pazo de Meirás.