Dilma Rousseff, la jefa de gabinete del Gobierno de Brasil, ha catalogado el nuevo modelo de regulación de la explotación de las enormes reservas petroleras en la plataforma submarina de Brasil, conocidas como el pre-sal, como un pasaporte para sacar al país de la desigualdad. Rousseff, en declaraciones al Financial Times, ha asegurado que quieren quedarse con una mayor parte de los ingresos del petróleo
La potencial candidata presidencial del gobernante Partido de los Trabajadores de Brasil considera que el modelo es apropiado para la cantidad de petróleo que tienen, para los bajos niveles de riesgo exploratorios y los altos niveles de rendimiento. Según Rousseff se trata de un pasaporte para salir de la condición de ser el país más desigual del mundo.
En 2007 Brasil descubrió en sus costas uno de los mayores hallazgos de hidrocarburos en décadas, con unas reservas potenciales de entre 50.000 y 100.000 millones de barriles en la capa pre-sal, a una profundidad de hasta 7.000 metros. Este descubrimiento podría convertir a Brasil en uno de los mayores productores y exportadores del mundo.
El presidente brasileño, Lula da Silva, ha enviado al Congreso un proyecto de ley para regular la explotación del descubrimiento, que otorgará un mínimo de 30% de la operación en todas las concesiones pre-sal a Petrobras, y prevé la creación de una nueva compañía, también estatal, que administraría las áreas y contratos, y garantizará el retorno de los ingresos que se obtengan a las arcas públicas.
