La automovilística estadounidense General Motors (GM), cuya matriz en EEUU comienza a resurgir de la bancarrota, invertirá 730 millones de euros en su planta de Brasil hasta el año 2012, para desarrollar una nueva línea de vehículos que se destinará al mercado sudamericano. Según el presidente de GM en el país, Jaime Ardila, la inversión constituye un voto de confianza para una economía que, a pesar de la crisis, ha registrado un récord de ventas en el primer semestre del año.
Jaime Ardila está convencido de que el mercado brasileño será muy fuerte, y continuará creciendo a una tasa de al menos 5% al año. Con esta inversión se prevé que aumentará la capacidad de producción de GM Brasil a más de un millón de unidades al año, cifra superior a las cifras actuales, que oscilan entre las 800.000 y 900.000 unidades.
El 50% de la inversión será desembolsada por GM Brasil y la otra mitad provendrá de bancos estatales. La mayor parte de la inversión, que generará cerca de 1.000 empleos, se concentrará en la planta de Gravatai, situada en el Estado de Rio Grande Do Sul.
El mes pasado la automovilística estadounidense mandó un mensaje de tranquilidad a toda Latinoamérica, al asegurar que sus operaciones en la región no se verán afectadas por la declaración de bancarrota en EEUU.
