Un excepcional episodio de polvo procedente del desierto del Sáhara se ha registrado desde este lunes por la tarde en varias provincias mediterráneas. En la imagen, la ciudad de Alicante. / EFE/ Morell
Las olas de calor, cada vez más frecuentes y prolongadas en el mundo, tienen un impacto mayor del que se pensaba en la salud humana. Así lo revela un estudio de la Universidad de Texas, presentado en el congreso de la American Chemical Society (ACS), que advierte de que el calor extremo altera la química atmosférica y agrava la contaminación.
Los investigadores del Centro de Química Atmosférica y Medio Ambiente de la Universidad Texas A&M realizaron un análisis durante la ola de calor que afectó a Texas en agosto de 2024, cuando los termómetros alcanzaron entre 32 y 41 grados. Recogieron muestras de aire día y noche en College Station, en un periodo sin incendios forestales para aislar los efectos del calor.
Los resultados fueron contundentes: detectaron altos niveles de ozono, compuestos orgánicos volátiles (COV) y nanopartículas ácidas, cuya concentración se disparaba en paralelo a la temperatura exterior.
Las olas de calor generan un aumento del ozono y de los aerosoles secundarios, compuestos peligrosos para la salud
Además, los expertos comprobaron que la fuerte radiación solar favorece reacciones químicas en el aire, que multiplican la presencia de contaminantes dañinos.
Uno de los hallazgos más llamativos del estudio fue que los árboles, durante las olas de calor, liberan más emisiones de isopreno, un precursor del ozono. Aunque estas emisiones naturales no son peligrosas por sí mismas, al interactuar con otros contaminantes y con la radiación solar, aumentan los niveles de ozono y aerosoles orgánicos secundarios.
«Fue sorprendente comprobar cómo estas emisiones de los árboles interactúan con la contaminación atmosférica», explicó la investigadora Bianca Pamela Aridjis-Olivos, autora principal del trabajo.
El informe recuerda que el impacto del calor extremo ya se refleja en las estadísticas: en 2023, más de 300 personas murieron en Texas por las altas temperaturas, la cifra más elevada desde 1989.
Ante esta situación, los investigadores recomiendan no salir en las horas centrales del día, evitar el ejercicio intenso, vigilar la calidad del aire y mantener las ventanas cerradas para reducir la exposición a contaminantes.
La mejor forma de proteger la salud pública pasa por estudiar cómo el cambio climático altera la química atmosférica
Factor | Efecto detectado durante olas de calor |
---|---|
Ozono | Incremento de concentraciones a niveles dañinos |
COV (compuestos orgánicos volátiles) | Aumento de emisiones naturales y urbanas |
Nanopartículas ácidas | Mayor presencia en el aire |
Vegetación | Emisión extra de isopreno, precursor del ozono |
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