En concreto, a pesar de representar en 2018 un 46% de la fuerza laboral, la consultora estima que las mujeres supondrán el 54% del empleo desplazado por las tendencias aceleradas por el covid-19, como la automatización, el comercio electrónico, el teletrabajo o la reducción de los viajes de negocios.
A nivel global, los autores del estudio señalan que, mientras que las mujeres representan el 39% de la fuerza laboral, asumieron el 54% de la pérdida de empleo durante la pandemia, a lo que se suma que también asumen una mayor carga de trabajo en el hogar y en el cuidado de los hijos que los hombres y que esta circunstancia aumentó durante la crisis.
«En nuestro escenario posterior al covid-19, nuestra investigación sugiere que, mientras que las mujeres de Estados Unidos, Francia, Alemania y España representan prácticamente el 47% de la fuerza laboral, podrían suponer entre el 55% y el 60% de los trabajadores desplazados», advierten.
Esto refleja el predominio de las mujeres en empleos de servicio al cliente y apoyo de oficina, así como en otras ocupaciones como camareras, recepcionistas y cajeras, más afectadas por la disminución de empleo a causa de la pandemia y de las tendencias influenciadas por esta, mientras que, en general, el mayor crecimiento neto del empleo probablemente se encuentre en los trabajos de salud, STEM y transporte.
En el caso de España, donde MGI calcula que alrededor de 1,6 millones de trabajadores se verán empujados para 2030 a cambiar de ocupación, incluyendo 1,4 millones obligados a un cambio total de ocupación y categoría, los empleos más afectados por esta transición forzosa serían los camareros, vendedores minoristas, empleados de oficina, operadores de máquinas de envasado y llenado, así como empleados de contabilidad, en los que existe una elevada presencia femenina.
De este modo, mientras que categorías profesionales como los servicios de comidas, soporte en oficinas, la agricultura o trabajos de producción y almacenamiento serían los que registrarán una peor evolución neta entre 2018 y 2030, las categorías de cuidados sanitarios y de dependientes, así como los creativos y las profesiones STEM (ciencias, tecnologías, ingenierías y matemáticas) registrarían una evolución neta más positiva en España.
Además de esta mayor concentración del empleo femenino en ocupaciones que suponen un nivel más alto de proximidad física y que, por tanto, han sido más afectadas por el coronavirus, la socia de MGI y coautora del estudio Anu Madgavkar señala también como otra gran causa de la salida de mujeres de la fuerza laboral a nivel general «al fenómeno del trabajo de cuidados no pagado, que cae de forma desproporcionada sobre las mujeres y que además ha aumentado durante la pandemia».
En este sentido, la experta advierte de que «lo que agrava el problema es que la recapacitación y reinvención profesional requiere de tiempo, energía y recursos y a causa de la carga de cuidados no pagados las mujeres habitualmente no disponen de esos recursos y tiempo en la misma medida que los hombres y por eso muchas de estas transiciones laborales serán más difíciles».