Las jóvenes francesas, acogen con mayor entusiasmo el movimiento «no bra»

Las jóvenes francesas, acogen con mayor entusiasmo el movimiento «no bra»

El “no bra”, más allá de un movimiento pasajero, es una opción más para una mujer libre.

No Bra

No Bra

Las francesas se han caracterizado a lo largo de la historia reciente por marcar tendencias en la moda que después se han extendido por otros rincones del mundo. Este es el caso del movimiento “no bra” o sin sostén, cuyo origen es un poco incierto, pero que en Francia ha tenido un gran predicamento.

NO sujetador y sujetadores en este artículo te hablamos de dos opciones (aparentemente) muy contrapuestas.

Un poco de historia

En la antigua Roma, encontramos los orígenes del primer sujetador. El “strophium” era una cinta de tela que se cruzaba en el pecho para sujetar los pechos, realzándolos, pero también como un elemento de distinción social. Era más utilizado por las clases nobles que por las populares, y también diferenciaba a la mujer romana de las bárbaras, ya que estas no empleaban nada.

La siguiente gran evolución la encontramos en la corte de Caterina de Medici (1500 D.C.), que introduce el corsé como prenda obligatoria para ir a los actos sociales de la corte. Se pretendía apretar la cintura como prueba de distinción social, pero el corsé oprimía el pecho hacia arriba, lo que hacía que los pechos se viesen más generosos. El corsé visto hoy en día se considera un elemento opresor, ya que resultaba muy incómodo, además de poco natural.

A finales del siglo XIX, los sostenes sustituyeron a los corsés. Se gana mucho en comodidad y se considera una liberación. Ya entrado el siglo XX, el sostén se reivindica como parte de la moda femenina. Las francesas son las que muestran una mejor acogida de esta prenda, las mismas mujeres que ahora se decantan por su desaparición.

El origen del “no bra”

La revolución feminista de los años 60 se podría considerar el primer hito de la historia de este movimiento ahora en auge. El sostén se ve como un sinónimo de opresión, y muchas mujeres lo eliminan de su vestuario.

Esta reivindicación se mezcla actualmente con una opción práctica: para muchas mujeres el sostén es incómodo y prefieren no utilizarlo. Ya no es un mecanismo de lucha social, sino simplemente de facilitar la vida.

Con la pandemia del Covid, se constató que muchas francesas, principalmente las más jóvenes, dejaron de usar el sujetador. Lo hacían para estar más cómoda en casa. Aunque actualmente, se ha reducido un poco esa tendencia, el no bra era una práctica habitual en el verano de 2022 para el 13% de las mujeres francesas menores de 25 años. En abril de 2020, la cifra alcanzaba el 20%, en pleno auge del Covid y del primer confinamiento.

Antes de la pandemia, la práctica del “no bra’’ solo era seguida por el 3% de las mujeres de esta edad.

Como vemos, las francesas ha sido pioneras de dos hitos históricos en el uso del sujetador: las que masivamente lo adoptaron el siglo XX, como rechazo a la tiranía del corsé, y las que más se apuntan a la tendencia “no bra” o sin sujetador.

El no bra se puede valorar como una moda, aunque también tiene un algo nivel de feminismo implícito. “Los pechos son naturales y la libertad a la hora de elegir una prenda que los cubra es una decisión de la mujer”.

Esta tendencia no está exenta de otras valoraciones, como las estéticas, las de salud o comodidad.

Según la fisonomía de cada mujer, el sujetador puede ser una prenda necesaria o no. Hay estudios que indican que, en muchos casos, el empleo del sujetador puede ser contraproducente, mientras que en otros es todo lo contrario.

¿Significa esto que el sujetador vaya a desaparecer? Para nada. El sujetador tiene valor más allá de ocultar el pecho.

Bajo una concepción puritana o religiosa, el tener los pechos sueltos puede ser considerado como algo indecoroso. Se busca ocultar los pezones o el contorno. Es una prenda que se ha sexualizado.

En sentido contrario, también hay mujeres que utilizan un tipo de sujetadores que realzan y estilizan sus pechos.

Tampoco podemos olvidar que el sujetador no es una prenda única, y que existen diferentes modelos para cada faceta de la vida diaria. Hay modelos que son muy útiles para la práctica deportiva y otros que tienen un gran potencial sensual y erótico.

Se podría terminar afirmando que el “no bra”, más allá de un movimiento pasajero, es una opción más para una mujer libre que decide en cada momento si lo lleva o no lo lleva.

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