Según informa Financial Times, los recortes ya se están dejando notar: S&P Global prevé que la producción de crudo en EEUU baje un 1,1% en 2025, hasta los 13,3 millones de barriles diarios. Sería la primera caída anual de producción en más de una década, salvo el paréntesis del colapso pandémico en 2020.
Los analistas vinculan esta contracción con dos factores clave: por un lado, los aranceles que encarecen insumos como el acero y el aluminio (esenciales para las operaciones de perforación); por otro, los movimientos recientes de la OPEP+, especialmente Arabia Saudí, que ha decidido aumentar su producción, presionando aún más los precios y despertando el temor a una nueva guerra de precios.
“Estamos en alerta máxima”, reconoció Clay Gaspar, CEO de Devon Energy, durante una reciente presentación ante inversores, recoge el diario británico. “Todo está sobre la mesa mientras nos adentramos en un entorno más delicado”.
65 DÓLARES PARA CUBRIR COSTES
El precio del petróleo estadounidense (WTI) cerró la semana pasada en 61,53 dólares por barril, un 23% por debajo de su máximo anual. Sin embargo, los productores de shale necesitan un precio mínimo de 65 dólares para cubrir costes, según el Federal Reserve Bank de Dallas.
Si el crudo cae a 50 dólares, la producción podría retroceder hasta 300.000 barriles diarios, según Scott Sheffield, expresidente de Pioneer Natural Resources. Una cifra superior a la producción total de algunos países de la OPEP.
La situación ha llevado a algunas compañías a adoptar un enfoque defensivo: Occidental Petroleum redujo en dos su número de plataformas en el primer trimestre. Diamondback Energy ha advertido a sus inversores de que “esta cotización no funciona” y prioriza la recompra de acciones antes que nuevas perforaciones. Continental Resources y otros actores anticipan nuevos recortes de capital si los precios no se estabilizan.
Además, los efectos ya llegan al empleo: Chevron y BP han anunciado conjuntamente 15.000 despidos a nivel global, aunque el impacto laboral en EEUU ha sido, por ahora, limitado.
En paralelo, los 20 mayores productores de shale (excluyendo a ExxonMobil y Chevron) han reducido sus presupuestos de inversión para 2025 en 1.800 millones de dólares (–3%), según la firma de análisis Enverus.
En este escenario, los directivos coinciden en que la prioridad absoluta es mantener la disciplina financiera y garantizar el pago de dividendos. “Los dividendos son sagrados en este entorno”, afirmó Jim Rogers, socio de Petrie Partners.