Y no hablemos del canal local Multivisión, creado para documentales, series y películas las 24 horas, que tal parece tiene un extraño compromiso con el cine hindú en el que no faltan en horario estelar las cintas de esa nación que, por historia, calidad y preferencias no gozan de muchos simpatizantes que digamos, mientras que otras más atractivas se programan en horarios de la madrugada sólo para mosquitos y personas que a falta de hacer algo útil ni duermen.
Como que conozco el “paño”, no me extraña que tal avalancha de comedias, algunas buenas y otras incapaces de arrancar una leve sonrisa, sea por obra y gracia de indicaciones superiores de cargar la mano en ello bajo el precepto de que la gente se encuentra muy deprimida por el acontecer de mañana a noche, incluyendo apagones a diestra y siniestra y sea necesario hacerles reír a falta de buenos programas humorísticos de factura nacional o medio kilogramo de risa por cartilla de racionamiento y llegada por donación.
Si será así, que no hace mucho, tuvimos que enfrentarnos a una comedia rusa. Que alguien me diga si logró sonreír y de paso si tuvo coraje para finalizarla y me cuente lo que pasó con la puta, si era o no la asesina del conde.
Tal vez si a los programadores les diera por llevar a la pequeña pantalla el conocido western spaghetti Por unos dólares más, el televidente se haría de alguna ilusión sin tanta risa, que los tiempos no están para hilaridad salvo que sea por tratamiento psicológico…